¿Qué significa la palabra “friki”? Un estudio riguroso sobre el significado del término, su historia, evolución y relación con otros términos similares en español, japonés e inglés.

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Contenidos:

0. Introducción.

1. Una visión general.

2. Significado formal.

3. Etimología y origen de la palabra.

3.1. Otras palabras similares a freak en inglés que hacen referencia a un “obseso de una afición”: buff y fan.

3.2. Significados alternativos. Los primeros antecedentes del uso de la palabra freak tal y como se entiende hoy en día. La freak scene de los años sesenta.

4. Historia y evolución de la palabra friki en español.

5. Cuestiones que se han de tener en cuenta sobre la palabra friki en español. Zanjando debates.

5.1. ¿Se puede utilizar la palabra friki como insulto?

5.2. ¿Es correcto emplear la palabra friki para designar a personajes extravagantes como los que aparecen en televisión?

6. Acotando los significados de la palabra friki.

6.1. Temáticas propias de término friki.

6.2. Grado de involucración con la afición.

6.3. Grado de ridículo y participación social externa a la afición (aislamiento social).

6.4. Otras características menos comunes.

7. Otros términos utilizados para referirse a los frikis.

7.1. En español (ñoño).

7.2. En japonés (otaku).

7.3. En inglés.

7.3.1. Dork.

7.3.2. Dweeb.

7.3.3. Geek.

7.3.4. Nerd.

8. Un resumen general.

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0. Introducción.

Fans disfrazados de sus personajes de cómic favoritos en la New York Comic Con de 2013. Foto: Melia Robinson para el Business Insider.
Fans disfrazados de sus personajes de cómic favoritos en la New York Comic Con de 2013. Foto: Melia Robinson para el Business Insider.

Si me he decidido a redactar un ensayo académico sobre el significado del término “friki”, es porque he percibido que existen una serie de limitaciones a la hora de hablar sobre él.

Su significado no ha estado fijado hasta hace muy poco tiempo y, vamos a admitirlo, todavía a día de hoy no está muy claro para grandes sectores de la población. Incluso en términos académicos (filológicos y lingüísticos) tampoco está muy bien definido. Existe muchísima confusión acerca de lo que significa este término. Muchas personas emplean la palabra de marras, especialmente a nivel popular pero muy pocas saben qué significa realmente. Peor aún, nos encontramos con que es una palabra de la que se abusa mucho, llegando incluso a designar con ella cuestiones muy alejadas de los significados que le dieron origen y muy alejadas también de una especie de consenso intuitivo o sabiduría convencional sobre lo que debería significar.

No existe mucha literatura académica, ni aun en las diferentes ramas de la Lingüística en español que le haya dedicado una atención suficientemente seria. O esa ha sido al menos mi impresión. Sí en inglés y alemán… porque si el lector no lo sabía, adelantaré algo en lo que profundizaré a lo largo del ensayo y es que el término “friki” es la hispanización de una serie de otros términos que tuvieron su origen en lenguas indoeuropeas de la familia germánica, principalmente (pero no únicamente) el inglés.

Es, pues, mi intención despejar dudas y aportar información seria basada en elementos objetivos y empíricos de análisis que ayuden a conformar el corpus de literatura académica sobre el estudio de un término y el mundo que gira alrededor de él que, admitámoslo también, no han recibido una atención formal suficiente y/o de calidad (no, a esa tesis doctoral sobre el tema realizada en Sociología que circula por ahí no se le puede atribuir “calidad”). Ésa es, insisto, mi impresión personal como científico social y como simple y llana persona.

¿Y quién mejor que un “friki” como yo para hablar de lo que significa ser “friki”?

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1. Una visión general.

En primer lugar y para que el lector no salga despavorido ante la inmensa cantidad de texto que se va a encontrar y a la que a buen seguro no está acostumbrado porque si de algo adolece internet en español es de profundidad y seriedad, voy a realizar un resumen previo.

Frikis españoles haciendo
Frikis españoles haciendo cosplay en Expomanga Madrid 2015. Fuente: diario ABC. Foto: Ernesto Agudo.

Intentaré explicarlo de una manera lo más sucinta pero completa posible: «friki» (plural ”frikis”, algunas veces lo habréis visto escrito incorrectamente como «friqui», y que proviene del inglés freaky: «raro», «extraño», «extravagante» o «estrafalario»), designa en término coloquial del castellano europeo en su definición popular más básica y conocida (porque tiene varias más, pero mucho más inusuales en el habla), a todo aquel que está obsesionado (o muy inmerso y de manera apasionada, hasta el punto de llegar a ser calificado como «raro» o «excéntrico») con su hobby o afición sea ésta la que sea (la palabra proviene directamente del inglés freak: «raro, monstruo»).

En teoría puede haber «frikis» del fútbol, los cromos o los juegos de rol. Sin embargo, la definición se fue acotando con el tiempo (muy rápidamente, finales de los años ochenta) a los obsesionados con aficiones de sólo ciertos tipos o temáticas muy concretas de lo que posteriormente se dio en llamar “cultura friki”: Star Wars, juegos de ordenador, anime, etc. A su vez, con el paso del tiempo, se crearon términos más especializados para designar a aquel con una obsesión hacia aficiones de temáticas más concretas aún: otaku, por ejemplo, es el «friki» del anime, manga y, en líneas más generales, todo lo relacionado con la cultura pop moderna japonesa; un «Kevin» es un aficionado (muy aficionado) a las obras literarias de Terry Pratchett (principalmente libros sobre el Mundodisco, aunque escribió sobre más cosas). Nótese que, como esos términos especializados, existe en la actualidad una infinidad creciente de muchos más.

El término «friki» se ha exportado a Hispanoamérica principalmente a través de las redes sociales ya que el español europeo en internet, el medio de comunicación de masas que más uso hace de este término, tiene cierta predominancia. España es el cuarto país en número de hispanohablantes tras México, EE.UU. y Colombia, y es el tercero con mayor número de usuarios de internet de la hispanoesfera tras México y EE.UU. (puesto número 19 del total de países).

Fuentes:

Demografía de la lengua española (2006), de Francisco Moreno Fernández y Jaime Otero Roth. Instituto Complutense de Estudios Internacionales.

Datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones para 2014.

Es por ello que el término se ha impuesto en la hispanoesfera desde España aunque su procedencia sea el idioma inglés. Pero en Hispanoamérica tienen también sus propios términos, como «ñoño», por ejemplo. Existe una cierta discusión acerca de si el término “friki” apareció primero procedente del inglés en el español europeo o en el de Hispanoamérica, pero lo que no se discute es que el uso masivo de la palabra se produjo en principio en el castellano peninsular.

Por último, recordemos que los angloparlantes NO tienen una única palabra para designar lo que es un «friki», disponen de varios términos relacionados pero que no engloban tanto como nuestro término. Ellos, de hecho, ni tan siquiera utilizan la palabra freak con este significado (no a menudo, al menos), se valen de los términos geek, nerd o dork entre otros, cada uno con sutiles variaciones de significado y que también han encontrado su hueco en español, adoptándolos incluso de manera directa: un nerd suele traducirse más como «empollón» mientras que geek sería un obsesionado con aficiones de tipo más técnico como la informática aunque en los últimos tiempos los términos en inglés tienden a confundirse unos con otros.

Vamos a desarrollar todo esto con muchísima mayor profundidad.

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2. Significado formal.

Hasta el 2012, la palabra no gozaba de una definición formal según nuestras instituciones de regulación lingüística. Eso ha cambiado. Según el diccionario de la Real Academia de la lengua Española (RAE), el significado de “friki” es el siguiente:

friki.
(Del ingl. freaky).
1. adj. coloq. Extravagante, raro o excéntrico.
2. com. coloq. Persona pintoresca y extravagante.
3. com. coloq. Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición.

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Varias cuestiones que tenemos que tener en cuenta.

La primera es que, como podemos observar, no es una palabra netamente hispánica, sino un anglicismo. Según la RAE, procede del idioma inglés (freaky). Eso es cierto, pero ya veremos que esa es su procedencia directa, que no original.

Segundo. La RAE, una de cuyas funciones es “fijar” el lenguaje español (recordemos que su lema es “limpia, fija y da esplendor”), para evitar que cada uno escriba como le dé la gana, evitar malentendidos y que el idioma se desvirtúe volviéndose caótico, estipula que la palabra se escriba con “k”, no con “qu”. Esto es una excepción a la antigua norma y/o costumbre de esta institución de hispanizar las palabras provenientes de otros idiomas evitando en la medida de lo posible el uso de letras y sonidos poco frecuentes en nuestro idioma. Es decir, escribir “friqui” es, en principio, incorrecto. Y si bien no estoy de acuerdo en muchas cuestiones con la RAE, con ésta, en concreto, sí lo estoy. Soy de la opinión de que, al ser una fonetización adaptada al castellano muy próxima a su pronunciación original en inglés (freaky, pronunciado /ˈfriːki/), no hay motivos relevantes que impidan escribir la palabra de forma lo más parecida posible en nuestra lengua.

Tercero, es un término coloquial en todas sus acepciones. ¿Qué importancia tiene esto? Viene a decir que en principio no es un término culto, sino que se suele emplear más bien en una conversación informal y distendida, a un nivel popular y/o restringido a ciertos ámbitos y contextos especializados. Otro matiz de esta descripción viene a señalar que esta palabra no tiene apariencia de “seriedad” o, mejor dicho, un uso “oficial” o general reglado y bien definido. De hecho, la inclusión de la palabra friki (a partir de ahora sin comillas porque ya hemos podido comprobar que es correcta) en el diccionario de la RAE es un acontecimiento muy reciente. Ya está registrado su significado en la versión electrónica desde junio del 2012 (referente a la edición nº 22) e incluida su aparición en la edición en papel del 16 de octubre de 2014 (la nº 23) aunque el proceso de estudio, definición e inclusión de la palabra ha sido, como es lo habitual en la institución, bastante largo. Se ha estado discutiendo la inclusión de la palabra friki durante casi cinco años, junto a otras como blog, bloguero, canalillo, culamen, gayumbos, okupa y paradón… e incluso la palabra matrimonio (ahora válido también para la unión de dos personas del mismo sexo).

La Real Academia Española (RAE) ha actualizado en la Red, por quinta vez desde su aparición en 2001, la vigésima segunda edición impresa del Diccionario de la lengua española, que es la última publicada hasta ahora. En total, se han efectuado 1697 cambios, debatidos y aprobados desde septiembre de 2007 hasta diciembre de 2011.

Fuente.

El periodista Carlos del Amor narra la noticia en la primera cadena de Radio Televisión Española.

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Para los que queráis profundizar más, aquí os podéis encontrar con una descripción del proceso de inclusión de nuevos términos en la RAE por Darío Villanueva, director de la institución desde el 11 de diciembre de 2014.

El hecho de que la palabra friki ya esté incluida en el diccionario de la RAE es un triunfo en sí, especialmente para aquellos que nos definimos o describimos con alguna de sus acepciones, sobre todo la tercera (persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición) y que es de la que vamos a hablar en profundidad en este ensayo.

Y digo “un triunfo” porque no es un acontecimiento baladí. El hecho de que la RAE registre la palabra friki implica varias cosas. Para empezar, la RAE sólo registra términos con la suficiente entidad y uso frecuente a través de un proceso de estudio riguroso. Que ese proceso de estudio guste más o menos al público es otra cuestión diferente, pero lo que quiero señalar con esto es que la RAE no admite cualquier palabra. Es decir, esta admisión en la RAE viene a decir y a refrendar que la palabra friki ya tiene su importancia, la suficiente como para necesitar acotarla y definirla… e, indirectamente, viene a reflejar que aquello que designa también ha acabado adquiriendo su importancia. Por ejemplo, si la palabra se ha incluido es, entre muchas otras cosas, porque aquellos que se describen como frikis (obsesos de una afición) son muy numerosos hoy en día, su actividad es considerablemente perceptible y la temática que designa (el mundillo friki) ha pasado a ser considerada, incluso, parte de la cultura mainstream actual.

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3. Etimología y origen de la palabra.

La palabra friki, como hemos visto, es un anglicismo, una adaptación fonética casi directa al español de la palabra inglesa freaky (pronunciada /ˈfriːki/). Freaky es, a su vez, el adjetivo con sufijo terminado en –y, de la raíz freak (pronunciada /friːk/).

¿Qué significa la palabra freak? Según el Oxford Advanced Learner’s Dictionary significa esto:

Como sustantivo:

1 A very unusual and unexpected event or situation: the teacher says the accident was a total freak [as modifier]: a freak storm
2 (also freak of nature) A person, animal, or plant with an unusual physical abnormality: a few freaks have been discovered, one amazing cat tipping the scales at no less than 43 lbs [as modifier]: a freak red cabbage with side shoots coming from the leaves
2.1 informal A person regarded as strange because of their unusual appearance or behaviour: her books offer us the independent girl as something of a freak
3 [with modifier] informal A person who is obsessed with a particular activity or interest: a fitness freak
3.1 [usually with modifier] A person addicted to a particular drug: the twins were cocaine freaks
4 archaic A sudden arbitrary change of mind; a whim: follow this way or that, as the freak takes you

Como verbo:

1 informal Behave or cause to behave in a wild and irrational way, typically because of the effects of extreme emotion or drugs: [no object]: he freaked out and smashed the place up [with object]: what he’d said had really freaked her out
2 [with object] archaic Fleck or streak randomly: the white pink and the pansy freaked with jet

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Esto ha sido un listado reducido de significados, para personas que estén aprendiendo el idioma inglés. Hay muchos más significados, pero la inmensa mayoría de usos alternativos de la palabra freak entran ya en argots, slangs y jergas muy específicas, la mayoría de naturaleza urbana y cibernética, imposible de listar aquí. Quizás el mayor ejemplo de estos significados fuera de lo normal aunque cada vez más aceptado es el uso de freaking como eufemismo o alternativa más “tolerada” y fonéticamente similar al uso de fucking, que es un exabrupto, y puede significar multitud de cosas según el contexto, aunque lo más normal es que signifique algo como “lo máximo, algo mejor (o peor) que eso ya no puede haber, eso es el límite” como en:

That’s freaking awesome! (“¡esto es increíblemente genial!”) en lugar de That’s fucking awesome! (“¡esto es jodidamente genial!”).

No freaking way! (“¡De ninguna maldita manera!”) en lugar de No fucking way! (“¡De ninguna jodida manera!”).
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Así pues, resumiendo y simplificando, la palabra freak hace referencia a varios significados.

Como nombre:

-Un evento o situación extraño y fuera de lo normal (como una nevada desusadamente fuerte o en un lugar donde no es común, como en el desierto).

-Un fenómeno de la naturaleza, como una mujer barbuda, un animal albino o, más en general, una mutación, aberración o deformidad de tipo chocante y grotesco. Se usaba (y se usa) para nombrar lo que vulgarmente se llama un “monstruo”, especialmente a aquellos “monstruos” (como animales o personas con graves deformidades físicas) que se exhibían en los espectáculos circenses a cambio de dinero. Este significado original en inglés es el que más se utiliza en términos peyorativos y como insulto para referirse a un friki en español.

-Una persona considerada extraña o extravagante ya sea por su conducta o apariencia. Es decir, un excéntrico, alguien que se sale de la norma habitual como aquellos que empezaron a ponerse piercings en la cultura occidental cuando eso no era algo tan común como ahora.

-Una serie de significados que cada vez son más arcaicos o que se están quedando anticuados. En inglés se llamaba freak en otros tiempos a los drogadictos (principalmente los adictos a la cocaína); a la moneda y sello con defectos muy evidentes (es un término que se emplea en el coleccionismo de sellos y la numismática); en los años sesenta del siglo XX la palabra freak también fue un sinónimo de hippie, más concretamente, de aquellos obsesionados con los grupos musicales o intérpretes de la contracultura que nació en aquellos años (también fue un sinónimo de groupie).

-El significado original más antiguo que se conoce es el de “cambio de actitud o de opinión repentino y caprichoso”.

Como verbo, la palabra freak hace referencia a comportarse de manera irracional ya sea por motivo de enfado, miedo, sorpresa, emociones fuertes o a causa de las drogas. También tiene un significado arcaico como verbo en inglés antiguo: cambiar de actitud y de opinión de un momento para otro.

Pero el significado de la palabra freak que más nos interesa y que, como en español, también pertenece al ámbito de lo informal es aquel que designa, como refleja el diccionario Oxford, a “una persona que está obsesionada con un interés o actividad particular, por ejemplo, un freak del fitness (deporte, estar en forma)”.

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Resumiendo más aún, podemos agrupar casi todos los significados en dos grandes grupos:

1) Los que hacen referencia a lo extraño, lo fuera de lo normal.

2) Los que hacen referencia a una actitud activa o emoción muy fuerte, normalmente una obsesión.

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Fotografía de la modelo rusa Nastya Zhidkova. A los albinos se les calificaba (y califica todavía a veces) como
Fotografía de la modelo rusa Nastya Zhidkova. A los albinos se les calificaba (y califica todavía a veces) como freaks en inglés, ya que entran dentro de los fenómenos o caprichos de la naturaleza. Eran muy solicitados (humanos y animales) para los espectáculos circenses y carnavalescos que se dieron en llamar freak shows. Foto de Danil Golovkin.

Con todo esto que hemos visto creo que ya pueden entenderse claramente las raíces de la palabra friki pero antes de continuar, quisiera ahondar más en la etimología de la palabra, porque nos ayudará a estudiar su evolución y los diferentes significados que ha ido adoptando a lo largo del tiempo, tanto en inglés como en español… y por qué la palabra se utiliza como se hace hoy en día.

La etimología completa de la palabra freak nos la podemos encontrar aquí.

Por amor al perfeccionismo y por si algún lector no sabe inglés, voy a realizar un recorrido resumido en español de la evolución de la palabra.

La palabra freak así escrita (o muy parecida) aparece por primera vez en inglés en varias obras del Renacimiento, más concretamente en la edición de 1563 de A Mirror for Magistrates, una colección de poemas de varios autores ingleses de la época Tudor, con el significado de “cambio de idea repentino y aparentemente sin motivo”.

Fortunes frekes. “Caprichos de la Fortuna”.

Hay más ejemplos en la literatura de la época:

The king, in a freak of anger, ordered the general’s execution. “El rey, en un acceso de furia, ordenó la ejecución del general”.

Los orígenes de esta palabra no se conocen a ciencia cierta, pero existen dos teorías que varios filólogos han expuesto, basándose en lo que ellos consideran antecedentes:

-La primera es la que cree que la palabra freak proviene del escocés (Scots, no el escocés gaélico) freik (“valiente, bravo, guerrero”), éste a su vez un préstamo lingüístico del inglés medio freke (“hombre, atrevido, guerrero”) o frek (“fanático, entusiasta, atrevido, valiente, feroz”) el cual se cree pueda provenir del inglés antiguo freca (“hombre osado, guerrero”) y de frec (“ávido, ansioso, atrevido”) compárese con el alemán frech (“atrevido, imprudente”).

-La segunda teoría (o grupo de teorías), postulada por Barnhart y Matthews y algo más elaborada y con más posibilidades, se basa en rastrear el significado que tenía al aparecer por primera vez escrita, esto es, como “noción de capricho, extravagancia, movimiento o cambio de idea repentino aparentemente caprichoso”. Esta teoría afirma que la palabra freak es una palabra dialectal superviviente que procede del inglés medio, el verbo friken (“moverse de manera ágil, brusca o repentina”) y que proviene a su vez del inglés antiguo frician o friacucian (“bailar”). Desde la acepción renacentista como “movimiento repentino aparentemente caprichoso” nos la encontramos ya en literatura formal como puedan ser los diccionarios de la época del siglo XVIII con el sentido de “cosa inusual, capricho”:

FREAK, s. [fraec, Sax.] 1. A sudden and causeless change of place. 2. A sudden fancy; a humour; a whim; a capricious prank. Spectator, Swift.

A dictionary of the English Language, de Samuel Johnson (1768).

Nótese que Johnson está mencionando que la palabra ya aparece con ese significado en la obra de Jonathan Swift (sí, el autor de Los Viajes de Gulliver) e incluso en publicaciones mucho más “serias” como el boletín The Spectator.

Y, posteriormente, nos la encontramos como “creación o persona que se ha desarrollado anormalmente; capricho (o fenómeno) de la naturaleza”. Ahí es donde está la relación con su primer uso conocido, en la acepción de “capricho.”

Alban Gilliam, hermano del cónsul estadounidenses en Monterrey, ya escribió en su libro Travels in Mexico 1843-4 (Viajes por México, 1843-4), una obra editada en 1847:

Many were… the freaks of nature that I beheld in the singular formations of the rocks.

“Muchos fueron […] los fenómenos de la naturaleza que contemplé en las singulares formaciones rocosas”.

Es a partir de entonces cuando aparece ese uso generalizado y hoy tan conocido de la palabra freak como “fenómeno o capricho de la naturaleza, monstruo, ser raro y de apariencia extraña” y que posteriormente se utilizaría en los anuncios de shows de variedades (de naturaleza circense) que se conocieron como freak shows.

Se tiene constancia “oficial” del uso de este significado en el diario Daily News del 11 de septiembre de 1883:

An association of […] natural curiosities usually exhibited at booths […] called the ‘Freaks’ Union’, the word freaks being an abbreviation of the term ‘freaks of nature’ by which these monstrosities are described.

“Una asociación de […] curiosidades naturales que se exhiben habitualmente en casetas [de feria] […] llamada la Unión de Freaks, siendo la palabra freaks una abreviación del término “freaks (monstruos o caprichos) de la naturaleza”, que es como se describe a estas monstruosidades”.

Terrible, ¿verdad?

Los freak shows eran esos espectáculos en los que aparecían mujeres barbudas, animales con varias cabezas y otros animales o personas con deformidades inusuales y de apariencia muy grotesca.

Cartel original de la película
Cartel original de la película Freaks (1932), del director Todd Browning. Fuente: Metro-Goldwyn-Mayer.

Para los que quieran ilustrarse más con respecto a lo que significaba freak en inglés en tanto “monstruo de la naturaleza”, se suele poner como ejemplo la película Freaks (en España se tituló La Parada de los Monstruos, y en Hispanoamérica como Fenómenos). Es una película estadounidense de 1932 de terror (yo diría de “horror”), en blanco y negro, que refleja el ambiente de estos espectáculos circenses y carnavalescos. La mayoría de actores de la película, que es de los primeros tiempos del cine sonoro, son seres humanos con deformidades reales que, para colmo, participaron de verdad en estos espectáculos. La película fue dirigida por Tod Browning, un cineasta entonces muy joven y muy atrevido que acababa de tener un éxito arrollador con su película Drácula (1931), también de terror (protagonizada por el archiconocido Bela Lugosi). El estudio de la Metro-Goldwyn-Mayer le dio carta blanca para producir Freaks creyendo que repetiría su éxito. Y no fue precisamente un éxito.

A ver cómo lo digo… la película es, en términos cinematográficos, admirable: está muy bien filmada y dirigida, cuenta una historia interesante y con un fuerte mensaje moral en contra de las apariencias, es una de las primeras en contar la historia en distintos planos temporales, etc. Es más, la película está considerada de culto actualmente. Pero es chocante al máximo. Por experiencia propia les digo que es un film muy difícil de ver sin que a uno no se le revuelva el estómago. Cometí el error de verla muy joven y todavía tengo pesadillas. No se la recomiendo a nadie que sea muy sensible. La película es tan horrible de ver que la versión original se censuró (¡la película en sí ya está censurada, sin los elementos más repulsivos!), y la carrera de Tod Browning no se llegó a recuperar nunca. Y eso que es una película, insisto, que moralmente no es para nada negativa (o no mucho, a fin de cuentas es una historia de venganza), sino todo lo contrario. Estos seres con deformidades aparecen bajo una luz muy positiva. De hecho, son los “buenos” de la película. La moraleja del filme es que los verdaderos “monstruos” son dos de las personas “normales” que trabajan en el circo (el forzudo y la bella trapecista), que pretendían asesinar a uno de los artistas (un enano) para conseguir su enorme herencia. La trapecista intenta obtener la herencia casándose con el enano, pero sus compañeros logran descubrir sus intenciones. La consiguiente venganza de los freaks es terrible. Y hasta ahí voy a describir.

Casting de los actores (
Casting de algunos de los actores de la película Freaks (1932) de Todd Browning. Estos son los freaks que dan nombre a la película. Fuente: Metro-Goldwyn-Mayer.

Tan especial es esta película que se suele decir de ella que es la única película en su propio subgénero.

Como nota cultural muy relevante, añadiré que a un ser con deformidades se le denominaba en latín lusus naturæ (literalmente, “capricho de la naturaleza”) en Inglaterra desde los años sesenta del siglo XVII antes y hasta la aparición de la palabra freak para ese uso. Es decir, la palabra freak vino a ocupar un significado que no existía hasta entonces en inglés.

Creo que más clara no puede estar la conexión y la evolución de la palabra freak.
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Muchos hispanohablantes creen que es esta película, con su título, la fuente y origen directo de la entrada del término hispanizado friki en el idioma español. Eso es cierto sólo en parte. Como veremos más adelante, hubo otras “fuentes de entrada” de la palabra freak en español procedentes de otros ámbitos, principalmente el musical. ¿Cómo sabemos esto? Porque la palabra freak no se popularizó en español a través del título de esta película, ya que llegó traducida al castellano tanto en España (La Parada de los Monstruos) como en Hispanoamérica (Fenómenos). Se dio a conocer antes a través del mundo musical, más concretamente, de la difusión del rock y los géneros musicales hippies. Sí es cierto, no obstante, que es quizás la fuente más original en tanto en cuanto la otra fuente responsable (el mundo de la música), empleó la palabra freak porque la sacó, entre otros ámbitos, de este film.
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Bien, pues como podemos ver, ya tan sólo estudiando la etimología de la palabra volvemos a encontrarnos con que los significados originales se pueden agrupar una vez más en dos grandes grupos: los referentes a lo extraño, lo fuera de lo normal… y los que hacen referencia a unas actitudes agresivas, activas, cambiantes, y emociones fuertes.

Continuemos con el estudio de la evolución de la palabra freak.

Conforme fue pasando el tiempo, nos encontramos con que esta palabra, que se utilizó en el inglés del siglo XIX para referirse a todo lo físicamente grotesco, chocante y aberrante, se fue utilizando cada vez más para referirse también a cuestiones de índole mental y social. Es decir, los dos grandes grupos de significados de la palabra freak se fueron fusionando progresivamente. Este proceso se dio, sobre todo, una vez entrado el siglo XX. Por ejemplo, en el sentido de ser un freak “de algo” (freak del deporte, freak del ajedrez, freak de los videojuegos, etc.), ya aparece su uso en 1908 para referirse a los freaks de Kodak, la marca de cámaras fotográficas, como un término sinónimo de “aficionado” o “entusiasta radical”. Curiosamente, esa primera referencia por escrito en 1908, corresponde a la transcripción de un juicio celebrado en la Corte de Apelaciones del estado de Nueva York (III. 455), que decía así:

He had a camera. Evidently from the evidence in this case he was one of your kodak freaks.

“Él tenía una cámara. Obviamente, por la evidencia [que tenemos] en este caso era uno de esos frikis de las cámaras Kodak”.

Hagamos un alto en el camino para describir otras palabras que se han estado usando con el mismo significado, o uno muy parecido, a la palabra freak en el idioma inglés.

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3.1. Otras palabras similares a freak en inglés que hacen referencia a un “obseso de una afición”: buff y fan.

1) Como nota cultural, añadiré que hasta entonces (inicios del siglo XX) se utilizaba la palabra buff (“entusiasta, fan, aficionado”) para describir lo que era un obseso en algo, generalmente aficiones raras o fuera de lo común. Es más, hablando de cámaras fotográficas, existe una famosísima película polaca de 1979 titulada Camera Buff, (El Aficionado, en español).

Buff proviene del inglés medieval (atestiguado ya como buffe en 1420 en la balada artúrica Avowing of Arthur), y viene a designar un golpe de esgrima (para que lo veáis más claro, counterbuff sería “contragolpe”). De la expresión stand buff (“aguantar el golpe, permanecer firme, no ceder”) es de donde proviene la identificación con un obseso de una afición, en el sentido en que permanece firme, incólume, no cede, permanece constante (no deja de estar interesado en ella).

Todavía se sigue usando con este significado, sobre todo en inglés estadounidense. De hecho, la palabra buff, con este significado de “entusiasta de una afición (extraña)”, apareció en los medios de prensa para describir a gente que admiraba tanto a los bomberos que se vestían como ellos y acudían a los incendios a ayudarles o a aplaudirles. Como dicen en mi tierra, “hay gente pa’ tó”.

Nótese que es una conducta muy similar a la de los frikis de los trenes, una “subespecie” del mundo del frikismo, que se hizo muy famosa en los medios de comunicación estadounidenses de los años setenta y ochenta por ser tan aficionados al mundo de los ferrocarriles (y el metro) que muchos de ellos vestían como técnicos ferroviarios, hacían mapas de las vías más perfeccionados que los de las mismísimas compañías y que en muchas ocasiones incluso suplantaban a los profesionales sin que nadie se diera cuenta. Son los llamados rail fans, rail buffs o train buffs. Si queréis visualizar un ejemplo, el personaje Sheldon Cooper de la serie The Big Bang Theory tiene esta misma afición desmesurada por el mundo del ferrocarril.

Ambas palabras no tienen muchas diferencias, pero si me apuran les diré que la diferencia (teórica) entre freak y buff (como “aficionado obseso”) es que freak tiene unas connotaciones más peyorativas, algo así como que supera a buff al respecto de ser esperpéntico o ridículamente obseso. Pero, obviamente, eso está sujeto a debate.

Enjambre de railfans alejándose de un tren tras haberlo fotografiado en Mount Gambier (Australia del Sur), Mayo de 1984. Los railfans se caracterizan por estar tan obsesionados con su afición (el mundo del ferrocarril, especialmente su fotografía) que han creado un mundillo propio con un argot particular. Con
Enjambre de railfans alejándose de un tren tras haberlo fotografiado en Mount Gambier (Australia del Sur), Mayo de 1984. Los railfans se caracterizan por estar tan obsesionados con su afición (el mundo del ferrocarril, especialmente su fotografía) que han creado un mundillo propio con un argot particular. Con foamers, por ejemplo, designan a aquellos de entre ellos tan fanáticos de los ferrocarriles «que echan espuma por la boca». Foto de Greg O’Brien.

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2) Otra palabra que se utiliza como sinónimo de freak en lo referente a “aficionado obseso” es fan. Voy a desarrollar lo que significa fan porque en español, friki y fan son también prácticamente sinónimos o se diferencian muy poco. Son muy, muy parecidas en ese aspecto y, de hecho, mucho de lo que voy a decir sobre los fans se puede aplicar a los frikis, aunque hemos de tener en cuenta que ambas palabras provienen de diferentes contextos.

Según The Dickson Baseball Dictionary y William Henry Nugent, el origen de la palabra fan se encuentra en la expresión the fancy (una vez más, “el capricho”, aunque también puede significar “gusto, predilección, afición”, etc.; en español actual podría decirse que se parece también a la expresión “el vicio”). Este era un término que se utilizaba en Inglaterra a finales del siglo XVIII y principios del XIX para referirse a los aficionados de un hobby específico, generalmente deportes y más concretamente aún, el boxeo. Según esta teoría, la expresión se acortó a fance y de ahí, a fan.

Los diccionarios Merriam-Webster y Oxford presentan otra teoría, la de que proviene de un apócope de fanatic (“fanático”). Esta palabra, una vez más, se empezó a utilizar para referirse a los entusiastas de un deporte, más concretamente, el béisbol, aunque la palabra fanatic ya está atestiguada desde 1550, con la descripción “marcado por un entusiasmo excesivo y a menudo también por una devoción intensa desprovista de crítica”. La raíz etimológica proviene del latín moderno fanaticus, que a su vez significa “loco inspirado por una divinidad” y hacía referencia al fanum (inglés poético fane), es decir, un templo o lugar sagrado. En el sentido de “extremadamente ferviente”, fanatic aparece ya como adjetivo en 1647 en inglés, y como sustantivo en 1650, pero es a partir de 1889 que encuentra su lugar en la cultura moderna como anglicismo pero procedente del inglés americano, no del británico, para referirse a los entusiastas del béisbol.

En inglés británico se emplea mucho también la palabra supporter (“partidario, seguidor, simpatizante”) en lugar de fan para referirse a aquellos que apoyan a un equipo deportivo. Sin embargo, el término fan tiene un uso más extendido en el mundo anglosajón que supporter, ya que con este último se puede designar también en muchos países (especialmente EE.UU.) a partidarios de una ideología o partido político, y se tiende a evitar la polémica en la medida de lo posible.

Fans del béisbol pidiendo autógrafos antes del partido entre los Angels de Los Ángeles contra los Pittsburgh Pirates (2013). Como se puede observar, no hay muchas diferencias externas ni en comportamiento con un friki. La palabra fan nació en el mundo del béisbol americano. Foto de Jordan Murph para la Angels Baseball LP.
Fans del béisbol pidiendo autógrafos antes del partido entre los Angels de Los Ángeles contra los Pittsburgh Pirates (2013). Como se puede observar, no hay muchas diferencias externas ni en comportamiento con un friki. La palabra fan nació en el mundo del béisbol americano. Foto de Jordan Murph para la Angels Baseball LP.

Los fans suelen tener un interés lo suficientemente intenso como para adoptar diferentes estilos de vida que se acomoden más a su devoción por aquello que han elegido como afición y quieren que se perciba de manera externa su implicación con su afición (por ejemplo, acuden a convenciones, portan etiquetas, camisetas u otros signos identificativos, cuelgan banderas de sus balcones, etc.). Los fans muestran muy a menudo también un deseo por adquirir objetos materiales relacionados con su área de interés, como balones de fútbol firmados por jugadores favoritos, o la púa de su guitarrista más admirado. La inmensa mayoría de los fans quiere socializar con sus congéneres, ya consista esa socialización en “chatear” a través de internet, acudir a encuentros organizados, reuniones de clubs, etc.

La palabra fandom aparece por primera vez en 1903 en el ámbito deportivo para designar al conjunto de fans (proviene de la fusión de las palabras inglesas fan y kingdom, esto es, “reino de los fans” o aficionados). Esta palabra tendría su posterior influencia en castellano porque al conjunto de frikis también se le acabaría llamando fandom.

Fuentes.

¿Cuándo es alguien un fan en vez de un mero aficionado? La diferencia reside en el grado de intensidad y la complejidad de la implicación en la relación entre aficionado y afición. La complejidad añade tiempo y esfuerzo dedicados a la afición y, por ello, un mayor grado de implicación y sentido de pertenencia. A mayor implicación, es más apropiado llamar a alguien fan antes que aficionado, admirador o entusiasta.

Otros términos sinónimos en español de fan son admirador, seguidor, aficionado, forofo, hincha (en deportes de equipo, especialmente en el fútbol), incondicional, entusiasta o, incluso, fanático. El uso de la palabra fan en español aunque lo parezca no proviene directamente del latín, sino a través del inglés. Más concretamente, su adopción se produjo desde el mundo deportivo.

fan.
(Del ingl. fan, acort. de fanatic).
1. com. Admirador o seguidor de alguien.
2. com. Entusiasta de algo. Es un fan de la ópera.

Fuente: DRAE.

Las diferencias con respecto a la palabra freak son de dos tipos:

-Un fan es normalmente partidario de aficiones “normales”, mainstream. Un freak es un aficionado a cosas más “raritas”, no tan comunes, aquellas que suelen causar un enarcamiento de cejas entre el público general.

-Un freak es un obseso de su afición… pero hasta unos extremos esperpénticos, casi ridículos. Un fan suele implicarse pero no es tan extravagante.

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3.2. Significados alternativos. Los primeros antecedentes del uso de la palabra freak tal y como se entiende hoy en día. La freak scene de los años sesenta.

En inglés, esta escalada en el uso de la palabra freak que hemos visto que sucedió desde inicios del siglo XX, ha causado que haya sufrido muchos más cambios de significado, desviaciones, transformaciones… Que se ha empleado para muchas cosas muy distintas, vaya, aunque casi siempre relacionado con lo raro, lo extraño, lo inusual y las emociones fuertes. Aquí os doy un listado no definitivo de los significados alternativos más conocidos:

-Por ejemplo, un uso muy temprano relativamente común fue el de designar como freak a los adictos a las drogas, especialmente cuando ya han caído muy bajo y/o su consumo les causa comportamientos extraños y aberrantes. Se sigue utilizando así, pero en la actualidad es más común utilizar la palabra junkie («yonqui» en español europeo).

-Como broma o chiste especialmente retorcido.

-Como fanático de una ideología política (political freak).

-Para referirse a personas con conductas sexuales inusuales (para la época). Por ejemplo, los fetichistas… o los homosexuales. La palabra freak fue también, durante un tiempo, una forma coloquial de llamar a los gays, especialmente a los gays varones.

-Cómo no, los afroamericanos también le dieron un significado propio de su cultura a la palabra freak. Con ella designaban algo bastante alejado de lo que era su significado “normal” y la pongo como ejemplo de hasta dónde se puede desvirtuar el significado original de una palabra. Con freak designaban a una mujer joven atractiva (con la connotación de «atractiva fuera de lo normal»).

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Pero hay dos significados alternativos o paralelos que han tenido una especial relevancia en la aparición del término friki en castellano:

1) -Como burla y desdén hacia las personas extrañas o que no se atenían a la norma social (como los bohemios, artistas callejeros y parias sociales en general). De especial importancia es que esta acepción se empezó a utilizar entre los jóvenes estudiantes en las instituciones educativas. Ya en los años setenta se llamaba frecuentemente freaks a los “raritos de la clase” (del colegio o del instituto, principalmente).

2) -Aunque quizás el caso más conocido, y relacionado con el anterior, de significado de la palabra freak como fusión de los habituales significados de “obseso” y “extraño” y que tuvo una influencia fundamental en la expansión de su uso, incluido el internacional, fue la asociación con el mundo de la contracultura hippie de los años sesenta del siglo XX.

Fue la llamada freak scene o freak subculture.

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Quizás sea muy desconocida para los hispanohablantes, pero esta subcultura de tipo bohemio fue muy relevante en el mundo artístico y, especialmente musical, de los años sesenta y setenta. Estuvo muy asociada al movimiento hippie (o hippy), hasta tal punto  que se la considera parte de él. Aunque hay historiadores de los movimientos musicales que los sitúan como post-hippies y pre-punks.

La diferencia principal entre un freak y un hippie típico (si es que tal cosa existe) es que el freak se caracteriza por ser mucho más estrambótico, más agresivo, más extraño… tanto en su conducta como en su apariencia física.

Fotomontaje para el documental
Fotomontaje para el documental Mondo Hollywood (1967), un clásico de culto de Robert Carl Cohen. De izquierda a derecha: Carl Franzoni, Szou y Vito Paulekas, las cabezas visibles de los «freaks hippies». La revista Variety describió este documental como una guía psicodélica al submundo de Hollywood.

El término freak como aplicado a esta subcultura aparece en Hollywood, California, allá por 1963 para describir al grupo dirigido por el bailarín Vitautus Alphonsus «Vito» Paulekas, su mujer Szou y Carl Franzoni (Captain Fuck, “Capitán Joder”), que se caracterizaba por interpretar bailes locos durante los cuales pegaban gritos estentóreos, por su libertad sexual (practicaban orgías muy a menudo), un uso descontrolado de las drogas psicodélicas y un comportamiento, en líneas generales, muy poco convencional. Supongo que os podéis «imaginar el cuadro». Los miembros de este grupo “cultural”, que se cuentan entre los primeros hippies, se llamaban a sí mismos freaks (“raros”) o freakers (“los que friquean, los que hacen cosas raras”). Como podéis comprobar eran hippies, sí, pero unos hippies más chiflados (de lo normal).

Que estos freaks emplearan este término para referirse a sí mismos porque lo sacaran de la película de 1932 o de un uso coloquial de la palabra freak, se desconoce aunque lo más probable es lo segundo, porque como ya hemos visto, la palabra en sí se llevaba empleando con estos significados de “persona extravagante” desde hacía, al menos, medio siglo.

Los freaks, como los hippies y antes que ellos, los beatniks y otros movimientos sociales contraculturales, estaban formados por gente cansada de “lo establecido” por la cultura predominante de su época. Freaks y hippies, en concreto, estaban en contra de la austeridad y la seriedad de la posguerra (de la Segunda guerra Mundial) y hacían gala del pacifismo y su oposición a cualquier conflicto bélico (especialmente famosa fue su oposición a la guerra de Vietnam, aunque no todos los freaks fueron pacifistas), amor a la música psicodélica y el rock progresivo; seguían o formaban movimientos políticos radicales y comunas, acudían a festivales, conciertos, happenings y, en suma, adoptaron un estilo de vida alternativo a lo hasta entonces establecido. Pero rompiendo muy fuertemente con ello. Los freaks rompieron más y de una manera más exacerbada que los hippies.

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Frank Zappa (1940-1993), el famoso, prolífico e influyente músico y compositor de diversos estilos (pero más conocido por su papel en la música experimental de los sesenta y los setenta), llegó a conocer a este grupo. De estos freaks, Zappa llegó a a decir:

Tan pronto como llegaban, hacían que ocurrieran cosas, porque se ponían a bailar de un modo que no se había visto antes, chillando y gritando en el suelo y haciendo todo tipo de cosas raras. Se vestían de una forma que nadie se podía creer, y le daban vida a todo aquello en lo que participaban.

Zappa es también muy relevante para conocer a la subcultura de la freak scene porque él, junto con su banda The Mothers of Invention, fueron tanto partícipes y difusores de la misma como críticos en posteriores épocas. De hecho, el papel tan importante de Zappa en el mundo musical contribuyó muchísimo a que se difundiera la palabra freak (junto con muchos de sus significados), tanto dentro de sus nativos EE.UU., como en el extranjero. Zappa y su grupo, a través de tours y cambios de residencia, trajeron el uso de la palabra desde el área original de Los Ángeles, a lugares como la Costa Este (Nueva York) o a Europa (¡incluida la Europa del Este comunista!). En palabras de Zappa:

A un nivel personal freaking out (“friquear, hacer el raro”) es un proceso mediante el cual un individuo se desprende de los estándares obsoletos que le constriñen, de la forma de pensar, del vestido y la etiqueta social para así poder expresar creativamente su relación con el entorno y la estructura social como un todo.

Fuente: Nik Cohn, AwopBopaLooBopaLopBamBoom: Pop from the Beginning (Paladin, 1973).

Portada y contraportada del LP de vinilo
Portada y contraportada del LP de vinilo We’re Only in It for the Money (1968) de The Mothers of Invention. Verve Records. Artistas gráficos: Jerrold Schatzberg & Cal Schenkel. El primero por la izquierda es Frank Zappa. Obsérvese la estética de la freak scene. Con muchísima probabilidad fue esta estética la que generó la palabra friki a finales de los ochenta en España para designar a los «frikis televisivos» como Carlos Jesús.

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Este concepto permitió a The Mothers of Invention el homenajear la identidad del freak, que hasta entonces se había utilizado para describir los caprichos, perversiones y deformidades de la naturaleza que aparecían en los espectáculos circenses y carnavalescos. De hecho, Zappa utilizó imágenes de la película Freaks de 1932 para ilustrar su álbum Tinseltown Rebellion (1981), y así mostrar gráficamente lo que él veía como una dicotomía entre hippies y freaks.

Con barbas, sucios y asquerosos, completamente obscenos, ellos… eran freaks. Es lo que querían ser de verdad. Estaban jugando otra vez al mismo juego de siempre, a “epatar a la burguesía”, pero en esta ocasión no se le llamaba Dadá o Existencialismo o Beat [de beatnik], sino Freak-Out.

Fuente: Nik Cohn, AwopBopaLooBopaLopBamBoom: Pop from the Beginning (Paladin, 1973).

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Así, en los conciertos de The Mothers of Invention, se invitaba al público a freak out! (“frikear”), a expresarse libremente, ya fuera a través del baile, los gritos… o dejando que un miembro de la banda les echara nata en espray por encima.

El primer álbum, en 1966, de The Mothers of Invention se tituló, de hecho, Freak Out!

Portada del disco (de vinilo) del álbum
Portada del disco (de vinilo) del álbum Freak Out!, primero del grupo The Mothers of Invention (Frank Zappa en el centro de la imagen), de 1966. Este disco fue el verdadero comienzo de la freak scene musical.

Para que os hagáis una idea, esta es la época en la que se empezaron a hacer conciertos en los que los cantantes descabezaban pollos vivos en el escenario y cosas así. Ya veremos cuando tratemos la palabra geek que eso tuvo también su influencia en ese término.

Otros títulos de Frank Zappa dedicados a los freaks fueron su canción Hungry freaks, daddy!, del mismo álbum Freak Out! y We’re the other people del álbum We Are Only On It For The Money.

Frank Zappa fue el más relevante pero no el único miembro de la contracultura (por mucho que él negara ser miembro de la misma) de los años sesenta que habló extensamente de los freaks o los trató en su obra artística (musical o de otro tipo). Otros que lo hicieron fueron su mujer Adelaide Gail Sloatman, Kim Fowley, Arthur Lee (y su grupo Love), David Crosby, Don Van Vliet, Alice Cooper (conocido entre sus fans como “El padrino del Shock Rock” por las extravagancias a las que era dado en los conciertos que organizaba), Janis Joplin, Wild Man Fischer (que sufría de esquizofrenia paranoide y desorden bipolar, con eso os lo digo todo) y grupos como The GTOs, los neoyorquinos The Fugs y The Holy Modal Rounders y los británicos Hawkwind, Pink Fairies, The Edgar Broughton Band, The Deviants, Gong, Third Ear Band, Quintessence, etc.

Un ejemplo en el que un músico se describió a sí mismo como freak lo tenemos en Ian Gillan, vocalista y compositor de Deep Purple. En su canción Space Truckin utilizó la línea The Freaks said ‘Man those cats could really swing y en otra de sus canciones, titulada No No No, llegó a decir: Looking at them all it feels good to be a freak.

Lo cierto es que es innegable que la freak scene tuvo una influencia gigantesca, especialmente dentro del mundo de los grandes conciertos de rock de la época, y también en multitud de bandas y grupos musicales posteriores. Con todo ello, tanto el concepto como la palabra freak acabaron formando parte del lenguaje cotidiano de una manera masiva, dejando de ser un término tan específico como hasta entonces.

Si algo se quedó grabado en el mal llamado “consciente colectivo” con respecto a la freak scene fueron dos cosas: la apariencia y el estilo musical/artístico. Ambos tuvieron una influencia decisiva en la conformación de lo que posteriormente acabaríamos llamando “friki”.

Los freaks se caracterizaron mucho más que los hippies por tener una apariencia estrambótica. No es que fuera un hecho totalmente generalizado, pero sí muy común que llevaran el pelo extremadamente largo (más aún que los hippies), vistieran pelucas, se tiñeran el pelo de colores llamativos, usaran (cada vez más conforme pasaba el tiempo) piercings y tatuajes, bandanas, capas, caftanes, camisas y gafas de colores chillones, diseños psicodélicos, jeans rotos, combinaciones de cuero y tela (fueron de los primeros en utilizar muñequeras de cuero), etc. Fueron también de los primeros grupos contraculturales en acudir públicamente a conciertos y reuniones disfrazados de aquellos iconos que admiraban como David Bowie, que se caracterizó durante sus primeros tiempos en vestirse, peinarse y maquillarse muy llamativamente. Es decir, fueron de los primeros en perder la vergüenza… y hacer cosplay.

Hippies subidos a un colorido autobús en el mítico concierto de Woodstock (1969). Durante lo años de la
Hippies subidos a un colorido autobús en el mítico concierto de Woodstock (1969). Durante los años de la freak scene y del movimiento hippie se produjeron algunos de los más grandes conciertos de rock, que actuaron como foco de difusión de las nuevas ideas, estéticas e incluso términos lingüísticos (como la palabra freak) de la contracultura de la época. Ese espacio de difusión lo ocuparían posteriormente en el mundo friki las convenciones, salones de cómics… y, sobre todo, internet.

En términos musicales y artísticos fueron más innovadores, incluso. La freak scene se caracterizó por hacer música experimental y el llamado “rock progresivo”, llevando a la música la “rareza” y lo “estrambótico” que les caracterizaba en la apariencia y la conducta. Uno de los ejemplos más conocidos es que los compositores de la freak scene mezclaron rock y jazz, rock y folk y crearon subgéneros como el space rock (rock influido por temática de la ciencia-ficción). Zappa, en concreto, utilizó incluso elementos de la música clásica, rythm and blues y música electroacústica. Eran tiempos muy, muy innovadores.

La freak scene fue tan innovadora que fue de los primeros movimientos culturales que encontró un hueco en el mundo del cómic. Más concretamente, en el cómic underground estadounidense (underground comix). Quizás el ejemplo más significativo, por lo explícito en el uso que hizo de la palabra freak fue The Fabulous Furry Freak Brothers, de Gilbert Shelton (1968).

Y otra de las grandes influencias de este movimiento y que nos interesa a todos los que nos calificamos como “frikis” fueron el cine y la literatura. Una de las mayores influencias fue la literatura de ciencia-ficción y la fantástica como El Señor de los Anillos, la opus magna de J. R. R. Tolkien, que empezó a volverse eminentemente famosa en esta época, la época hippie. Tanto como para aparecer en las letras de grupos como Grateful Dead y Led Zeppelin.

Resumiendo un poco todo lo dicho sobre la freak scene (o el movimiento hippie) y relacionándolo con movimientos culturales innovadores y rompedores de la juventud como el actual “frikismo”, podemos encontrar elementos comunes no sólo a ambos, sino a multitud de muchos otros de épocas anteriores y posteriores (como el Romanticismo, el Dadaísmo, el movimiento gótico, el punk, el metal, etc.). Estos movimientos suelen empezar en sectores muy jóvenes de la población que, cansados de lo establecido, rompen con ello y empiezan a crear su propia cultura o novedoso estilo de vida. Una cuestión añadida de los nuevos movimientos culturales es que tienden (especialmente conforme nos adentramos en la Era Contemporánea), a hacer acopio de influencias de la cultura popular (pop) del momento. Por ejemplo, la freak scene comenzó a influir y a ser influenciada por elementos que provenían del cómic, la literatura fantástica, el cine de ciencia-ficción, etc.

Pero no todo fue tan bonito como lo pintan. A pesar de que Zappa se esforzaba por dibujar una línea muy clara entre freaks y hippies, y de alentar a la difusión de los primeros porque los veía como ajenos a la lucha entre cultura y contracultura, lo cierto es que los freaks fueron miembros de pleno derecho de la segunda. Y demasiado activos, demasiado radicales y demasiado pesados. Sí, una vez más nos volvemos a encontrar con el significado que se acabó asociando a la palabra freak (y “friki”): la obsesión por una afición. Freak fue también sinónimo en esta época de groupie “pesao”, insistente.

Llegó un momento (especialmente cuando los efectos de consumir drogas continuamente empezaron a afectar negativamente a miles de personas) en que los freaks, con su agresiva posición antisocial, acabaron alienando tanto a la cultura convencional… ¡como a la contracultura! Son muy conocidas las protestas de John Lennon y Bob Dylan, que acabaron hastiados de la atención no deseada de los freaks. John Lennon, en concreto, escribió en la canción I Found Out (1970) los versos:

freaks on the phone / won’t leave me alone

“Los frikis al teléfono / no me dejan tranquilo”.

Es más, en una entrevista se quejó diciendo lo siguiente: [Estoy] muy cansado de estos hippies agresivos o como se llamen, la Now Generation… que reclaman que les preste mi atención como si yo les debiera algo.

Bob Dylan llegó a enfadarse porque los freaks le reclamaban que viviera únicamente por y para el concepto de lo que según ellos Bob Dylan debería ser. ¡Le llegaron a decir que tenía una responsabilidad como héroe cultural! De hecho, muchos de estos freaks y seguidores se cabrearon muchísimo con él por adoptar el cristianismo como fe.

Ya para finales de los años setenta la palabra freak en tanto referente a la freak scene había caído en desuso. Experimentó una leve revitalización en el mundo del funk y la música disco con el gran éxito Le Freak (1978) del grupo Chic, revitalización que se prolongaría hasta los años ochenta gracias a artistas como Rick James, y grupos como Whodini y Midnight Star. En 1981, Was (Not Was) lanzó al mercado Out Come the Freaks. El álbum Bug (1988), de Dinosaur Jr incluyó el tema Freak Scene, una de las últimas referencias directas de gran calado al término, al menos en el ámbito musical.

Ése fue el fin de la subcultura (ése y el envejecimiento de la generación, por supuesto, no se nos olviden los efectos demográficos). Pero aunque los freaks como subcultura desaparecieran, la palabra freak se quedó tanto en el acervo popular anglosajón como en aquellos lugares y sociedades que hasta entonces desconocían esta palabra. Incluidas las culturas y sociedades que no tenían el inglés como lengua materna.

La mayor influencia que en el idioma castellano tuvo este uso concreto de la palabra freak como sinónimo de hippie o aficionado a la música moderna fue que se adoptó directamente en algunos dialectos hispanoamericanos, principalmente el dialecto del español cubano. En Cuba un persona es llamada freak si es fanático de la música rock (lo que comúnmente se conoce en otros países como hippies) y no por sus preferencias de filmes o series, y por supuesto no tiene nada que ver con los términos geeks o nerds. Es por eso que algunos hispanoamericanos creen que el término friki así escrito nació en la América hispana. No. Lo que se produjo fue la transliteración hablada de la palabra desde el inglés (freaky) y no con el uso mayoritario que se la da hoy en día en internet (“obseso de una afición”).

Este uso de la palabra freak se debe a que en Cuba en las décadas de los ’60, ’70 y ’80, se consideraba que una persona con preferencias hacia la música rock era «anticomunista» y «contrarrevolucionaria», con todos los agravios y vejaciones que esto traía aparejado. Pero conforme pasó el tiempo, el mercado y la política exterior cubana se abrieron a nuevas perspectivas. No obstante en el imaginario popular de esta isla del Caribe estas personas seguían siendo unos «bichos raros» (traducción literal de freak). Todavía hoy a las personas a las que les gusta la música rock y lo reflejan, se les considera ampliamente en Cuba como pertenecientes a un mundo sórdido y oscuro, donde se cree a un nivel popular que las drogas, el sexo loco y la falta de higiene (entre otras supuestas características) son preponderantes.

Es debido a ello que numerosas organizaciones culturales cubanas están tratando de revertir esta imagen y dar a entender a la población (en especial a los más mayores de edad), que la música rock no es mejor ni peor (en esos aspectos concretos, la calidad es otra cosa) que otras tendencias como el rap, el reggaetón, la ópera, la salsa, o cualquier otra.

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Todo este empleo tan diverso de la palabra freak que hemos visto hasta ahora es una de las razones, si no la principal, por la que en inglés, para referirse a lo que en español conocemos con “un obseso de una afición”, se empleen muchos otros términos, en apariencia similares en significado, casi sinónimos, pero que en la práctica constituyen versiones especializadas y mucho más acotadas. Me estoy refiriendo, aparte de los términos buff y fan, a los conocidísimos nerd y geek y otros términos menos usados, como dork o dweeb. Ya trataremos más adelante de estos términos.

Con lo que nos tenemos que quedar es que fue con esta asociación de la palabra freak con los significados tanto de “extraño” y “obseso” (a la vez, ya no por separado) que comenzó la andadura que la ha llevado a tener tanta presencia en nuestra cultura actual global, exportándose incluso a otros idiomas.

Aunque en esos otros idiomas pueda tener significados o matices diferentes.

Como en español.

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4. Historia y evolución de la palabra friki en español.

Creo que ya tenemos antecedentes de sobra como para conocer de dónde viene la palabra freak (y su adjetivo, freaky), que dieron origen al español “friki”.

Vamos a repasar de nuevo los significados de la palabra friki según la RAE:

friki.
(Del ingl. freaky).
1. adj. coloq. Extravagante, raro o excéntrico.
2. com. coloq. Persona pintoresca y extravagante.
3. com. coloq. Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición.

Los dos primeros hacen referencia a lo mismo, uno como adjetivo y el otro, como sustantivo. El tercero es el que nos trae aquí, pero me hallo en la obligación de mencionarlos a los tres porque la aparición de esos significados de la palabra “friki” en el habla coloquial no se produjo simultáneamente, no al menos de forma exacta: el tercer significado apareció algo después que los dos primeros.

¿Cómo llegó la palabra “friki” al español? ¿Dónde apareció por primera vez?

Sabemos que la palabra procede del inglés, pero no se tiene certeza absoluta de cuándo fue la primera aparición de la palabra como referente al tercer significado en el lenguaje hablado. Sí se saben varias cuestiones relacionadas y procedo a sistematizarlas en lo que seguramente podréis notar que es la investigación más exhaustiva si no la primera que sobre el término podáis encontrar. Mi trabajo de investigación me ha costado… ya me lo podríais agradecer, ¿no?

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1) Su aparición (con respecto al tercer significado, insisto) se produjo primero en el español europeo, no en ninguno de los dialectos hispanoamericanos. Eso es relativamente normal. En líneas generales, las diferentes variantes de español americano no hispanizan los términos anglosajones (o no tanto como nosotros), sino que los adoptan directamente. En el español europeo se tiende a hispanizarlos, a adaptarlos. Es una cuestión lingüística en lo que no vamos a entrar mucho, pero que tiene que ver con el hecho de que en España el conocimiento de idiomas extranjeros ha sido menor hasta no hace mucho tiempo. Países como México, Cuba, República Dominicana, Puerto Rico o incluso Nicaragua, por ejemplo, han estado mucho más expuestos a la influencia directa del inglés que España por pura proximidad geográfica con una potencia de habla inglesa muy influyente tanto económica como políticamente (EE.UU.). En España esa influencia la ha tenido tradicionalmente más el francés hasta la entrada de la segunda mitad del siglo XX.

Otro motivo es que la RAE, sita en España, ha intentado históricamente hasta no hace mucho tiempo también, que los préstamos lingüísticos procedentes de otros idiomas como el inglés no invadan nuestra lengua, fomentando entre la intelectualidad y la clase culta el que o no se usen préstamos directos, o no se toleren oficialmente (en medios de comunicación, textos escritos, libros, etc.) si no están hispanizados y regulados.

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2) Según parece, la primera vez que la palabra friki apareció escrita pudo ser incluso antes de su más conocida aparición en los medios audiovisuales, pero no existen pruebas gráficas que lo acrediten, sólo testimonios aislados.

Habría aparecido en los fanzines que sobre el mundo del cómic y el cine underground, los nuevos movimientos musicales, los juegos de rol y muchas más temáticas que posteriormente se considerarían “clásicas” del mundillo friki se editaban y distribuían manualmente (fotocopiados y grapados), de forma artesanal desde finales de los años setenta hasta los noventa en las grandes urbes de España (originalmente en Madrid). Algunos de estos fanzines provenían, incluso, directamente del extranjero pero la inmensa mayoría eran de “fabricación nacional” y venían a cubrir un hueco en la demanda: el informar o discutir sobre aficiones minoritarias (la mayoría de éstas, procedentes de países de lengua inglesa) que no encontraban lugar de publicación en los medios de comunicación españoles ni, por supuesto, traducción profesional. En este último motivo es donde quizás resida la razón de la castellanización de freaky en friki, al no encontrarse, por parte de traductores no profesionales, un término para traducirlo que lo igualara en español.

Para el que no lo sepa, procederé a explicar lo que es un fanzine (sin comillas ni cursiva, es un término aceptado por la RAE) ya que aunque fue un fenómeno muy notorio en décadas anteriores, en la actualidad ha sido prácticamente sustituido por sus contrapartidas en internet, los llamados ezines, o fanzines electrónicos.

Según la RAE:

fanzine.
(Del ingl. amer. fanzine, y este acrón. de fan magazine ‘entusiasta de las revistas’).
1. m. Revista de escasa tirada y distribución, hecha con pocos medios por aficionados a temas como el cómic, la ciencia ficción, el cine, etc.

El fanzine
El fanzine La liviandad del imperdible, uno de los primeros si no el primero en España. Fue el medio que utilizó el colectivo madrileño del mismo nombre creado a finales de los años 70. Entre sus integrantes destacaron Fernando Márquez El Zurdo (su autor principal), Bernardo Bonezzi y Olvido Gara Alaska, integrantes del grupo musical Kaka de Luxe, grupo emblemático de la Movida Madrileña. Fue en estos fanzines donde comenzó a aparecer la palabra friki.

Un fanzine es la abreviatura en inglés de fan’s magazine, es decir, una “revista para fanáticos”. Un fanzine es una publicación temática (de temas muy concretos, como los que menciona el DRAE) realizada por y para aficionados. Suelen ser gratuitos o de muy bajo precio (con la consiguiente escasez de calidad en formato, al contrario que en publicaciones más profesionales) y constituyen una más de las manifestaciones de los obsesionados por una afición. Obsérvese que incluso en el nombre aparece uno de los sinónimos de friki y que, históricamente, más se ha utilizado como sinónimo: fan. El término se originó en octubre de 1940 con el fanzine de ciencia ficción Detours de Russ Chauvenet, que creó el término para diferenciarlos de lo que él denominaba prozines, es decir, revistas creadas por profesionales. El fanzine es un fenómeno íntimamente ligado a la aparición de la fotocopiadora que, recordemos, se creó en 1959. En España, las fotocopiadoras llegaron en 1963 (modelo Xerox 914), aunque se comenzaron a popularizar y hacer accesibles para el gran público mucho más tarde, en los años ochenta.

Los primeros fanzines aparecen en la España postfranquista a finales de la década de los setenta y son también un fenómeno muy ligado a movimientos contraculturales, como la llamada “Movida madrileña”. Más concretamente, ligados a la aparición del género musical punk en el país. Pondremos como ejemplo el que quizás fue el primer fanzine español, titulado La liviandad del imperdible y que comenzó en 1977, editado por Fernando Márquez Chinchilla, más conocido como el Zurdo, un famoso músico, escritor, dibujante y humorista gráfico de la Movida Madrileña y del Movimiento Nuevo Underground Madrileño, antes siquiera de haber formado su grupo musical Kaka De Luxe (con artistas hoy tan conocidos como María Olvido Gara Jova «Alaska», Carlos Berlanga, Nacho Canut, Manolo Campoamor, Pablo Martínez y Enrique Sierra). Los temas que se trataban en él eran punk, glam, futurismo y cómic underground.

Una de las “pruebas” que se suelen presentar de esta primera aparición es que la palabra friki no tenía consistencia ortográfica en estas publicaciones de corta vida y de escasa calidad de edición, maquetación, traducción y redacción. Es muy probable que esto último sea la razón de la aparición de la palabra friki. No sé si os acordaréis los que llegamos a conocerlos (yo conseguí leer algunos de los últimos ya a finales de los años noventa), pero lo cierto es que pude leer cosas que iban desde el original inglés freaky hasta el actual friki pasando por freaki, freki, frik, friqui, etc.

No se tiene constancia de por qué se empleó la palabra friki en primer lugar. Muy probablemente fuera a raíz de intentar traducir algo relacionado con la freak scene (recordemos que los primeros fanzines trataban sobre todo sobre el ámbito musical), el cómic undeground (el Zurdo, por ejemplo, era un gran fan del cómic estadounidense) o algún término más directo del lenguaje coloquial inglés.

Resumiendo: la palabra friki apareció por primera vez escrita en estos fanzines. Pero no se utilizó, al menos en principio, con el significado explícito de persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición, sino con el más clásico de extravagante, raro o excéntrico.

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Alber Lesán presentando su programa radiofónico
Alber Lesan presentando su programa radiofónico Quítate la Liga de Onda Cero. Este periodista y presentador siempre se ha caracterizado por combinar información y un humor muy centrado en el regodeo en lo esperpéntico, aunque son también muy conocidos sus programas deportivos, donde tampoco falta el humor. Albert Lesan fue uno de los primeros, si no el primero en emplear la palabra «friki» en español, para referirse a todos los personaje extravagantes que presentaba o imitaba en sus programas de radio y televisión. El primer programa en que se tiene constancia de ese uso fue en Sábanas con Chinchetas, de Ràdio L’Hospitalet. Foto promocional.

3) Sí se sabe cuándo apareció registrada en medios audiovisuales con los dos primeros significados. Es decir, la palabra friki, utilizada para designar a una persona pintoresca y extravagante, rara o extraña en apariencia o conducta aparece por primera vez en España en el programa radiofónico nocturno de humor, música y variedades Sábanas con Chinchetas del año 89 de Ràdio L’Hospitalet presentado por José Miguel Cruz y Albert Lesan para el área metropolitana de Barcelona. Aquí podéis ver un vídeoreportaje de 1991 sobre aquel programa de radio nocturno:

El equipo era muy joven y la fórmula del programa era relativamente innovadora pero muy sencilla: un tema y dos líneas de teléfono además de un contestador automático para dejar mensajes. Fue un programa muy popular durante doce años, de una a seis de la madrugada de lunes a viernes. Prácticamente copaba toda la audiencia nocturna radiofónica de Barcelona ciudad y alrededores.

No se sabe la causa concreta por la que Albert Lesan (al que se tiene como el primero en utilizarla) y el equipo del que formaba parte utilizaron la palabra friki en concreto y no otra con significados similares, pero eran un equipo de profesionales jóvenes, inmersos en el mundo audiovisual, de la música y de las últimas tendencias. Lo pudieron haber empleado sacándolo de algún fanzine o por conocer la freak scene musical de los sesenta y setenta (recordemos que ambos orígenes se complementan en cierto modo). En cualquier caso, es más que obvio que echaron mano del adjetivo en inglés freaky para describir y designar a los personajes que poblaban el programa y la “fauna” que llamaba a las líneas telefónicas (que se daban nombres como Conan, Montse de Esplugas, Obi Wan…), y que las más de las veces se comportaban de forma estrambótica como mínimo (hubo uno, que se hacía llamar “Manowar”, que se hizo famoso por representar una posesión demoníaca).

Albert Lesan le “contagió” el uso del término a Alfonso Arús y al cuñado de éste, Javier Cárdenas, con los que trabajó en programas como ¡Al Ataque! o El Chou.

El término pasó según los estudiosos de la historia audiovisual a ser recogida por primera vez en televisión, en 1992, en el mencionado programa de Antena 3 ¡Al Ataque!, dirigido y presentado por el periodista y humorista Alfonso Arús con quien, como ya dijimos, colaboró Albert Lesan. En este programa de humor se hizo uso de la palabra friki para describir a uno de los personajes más extravagantes del imaginario televisivo español: el todavía hoy famoso Carlos Jesús, alias “Crístofer”, alias “Micael”. Un personaje que encarna en sí mismo el concepto de “tipo raro y estrafalario, tanto en su conducta como en su apariencia” y al que, de hecho, se tiene como el primer antecedente y arquetipo del llamado “friki televisivo”, esto es, el individuo que por sus excentricidades, aparece frecuentemente en los programas de humor, talk shows, cotilleos o de telebasura en general de los medios audiovisuales españoles. En las famosas entrevistas que el reportero Javier Cárdenas le hizo para el programa, este hombre hizo gala de multitud de facetas extrañas y rocambolescas para asombro e hilaridad del público, que hasta entonces no había estado muy acostumbrado a que personas como ésta aparecieran en la televisión, y se convirtió en alguien muy popular… “Popular” a un nivel chabacano, se entiende. Téngase en cuenta que eran los primeros años de las televisiones privadas en España, que empezaron a incluir formatos y costumbres novedosos (muchas veces importados de los mass media anglosajones) hasta entonces inusuales en las televisiones públicas, más acostumbradas a la seriedad y la moderación.

Reflejaré la historia por la importancia que tiene también en la evolución (o involución, según se mire) del papel de los medios de comunicación, la llamada telebasura y para reflejar claramente a qué se denomina “un friki televisivo”: Carlos Jesús no es sino uno de los sinónimos de Carlos Cabello Rey, nacido en Sevilla, el 24 enero de 1945 (a día de hoy todavía está vivo, aunque en reclusión voluntaria, porque acabó odiando las burlas que de él se hicieron a lo largo de los años y que comenzaron con Cárdenas). Mientras trabajaba en la fábrica de camiones Pegaso en Barcelona, este técnico de mantenimiento sufrió una descarga eléctrica que por poco lo mata. Sobrevivió, pero no quedó muy fino de la cabeza. Desde entonces abandonó su trabajo y se dedicó a una especie de labor como vidente y curandero, llegando a abrir una “consulta” en Dos Hermanas (Sevilla), con un letrero en la puerta que rezaba: “Carlos Jesús. Curaciones por fe”. Carlos Jesús aseguraba que residían en él varias otras personalidades (Crístofer, Micael… los cuales representaba cerrando los ojos y cambiando la voz), que era la reencarnación de Jesucristo (“Micael”), que se le aparecían Dios y la Virgen, y utilizaba un lenguaje en el que mezclaba elementos religiosos con teorías de OVNI (“Crístofer”), profecías apocalípticas (si bien con un tono positivo) y las más variopintas ideas propias de alguien que, como se suele decir en España, “no carbura bien”.

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Ya desde ahí comenzó a usarse de forma minoritaria la palabra friki hasta que gracias a lo mediático del programa de Javier Sardá Crónicas marcianas, con colaboradores de Arús como el citado Javier Cárdenas (que era quien ha entrevistado siempre y continuó haciéndolo en este nuevo programa a personajes como Carlos Jesús o Tamara y Leonardo Dantés, etc.), que el término acabó volviéndose muy conocido.

El equipo primigenio de
El equipo primigenio de Crónicas Marcianas, con su presentador y director, Javier Sardá (vestido de negro, segundo por la derecha). Crónicas Marcianas inició su andadura el 8 de septiembre de 1997, como la apuesta de Telecinco para luchar en la franja de madrugada contra La sonrisa del pelícano, que entonces presentaba Pepe Navarro en Antena 3. El formato entonces revolucionario, más centrado en el humor y el divertimento distendido supuso un éxito casi inmediato. Tras la desaparición de La sonrisa del pelícano, el programa de Javier Sardá se convirtió en líder absoluto, un puesto que nunca abandonaría y que mantuvo hasta el día en que acabaron sus emisiones, el 21 de julio de 2005. En esos años se emitieron 1.277 programas, llegando a alcanzar cuotas de pantalla de hasta el 36%. Fue considerado en su época el epítome de la telebasura. Este programa fue uno de los mayores responsables de la difusión de la palabra «friki». Foto: Archivo de imágenes de Telecinco.

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4) Es absolutamente falso que la tercera acepción de la palabra friki que da el DRAE, esto es, persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición, apareciera en 2006 y que lo hiciera a través de internet como seguramente hayáis podido leer. Como ya hemos podido comprobar, la palabra en sí quedó reflejada por primera vez en España, como muy tarde, en 1989.

Pero ni tan siquiera su acepción como “obseso de una afición” es tan tardía.

Se produjo muy poco después de la aparición de la palabra friki en televisión, quizás por influencia de este mismo medio y de los programas de los que hemos hablado.

La fecha más temprana de ese uso (“obseso de una afición”) que he podido encontrar entrevistando a noventa y ocho personas mayores de treinta y cinco años y de diferentes contextos socioculturales es de 1993. La misma que la de mi experiencia personal: la primera vez que la oí decir (porque no me la encontré por escrito) fue en una conversación en el club de rol al que asistía.

La frase en concreto fue: “A los frikis del rol nos ven muy mal en los centros cívicos (un tipo de espacios públicos de fomento y difusión cultural que existen en España)”.

Y tuve que preguntar qué significaba porque no lo sabía. Mis conocimientos de inglés de por aquel entonces sí bastaban para saber lo que significaba freak, pero me sorprendió sobremanera que se empleara el adjetivo freaky (era obvio para cualquiera que conociera el idioma inglés que esa era la fuente del término coloquial) para referirse a los aficionados de algo.

La mayoría de personas consultadas reconoce que para 1994 el término con ese significado concreto estaba ya asentado en el habla coloquial, especialmente para referirse a los muy aficionados a las temáticas llamadas de la “cultura o subcultura friki” (rol, videojuegos, manga y anime, wargames, series de televisión como Star Trek, películas como Star Wars, etc.).

Una cuestión muy, muy importante: el término friki para designar a alguien obseso con una afición (especialmente aficiones minoritarias, no mainstream) empezó siendo un exónimo, esto es, un término externo a la subcultura de aficionados, que tuvo al principio un cariz peyorativo pero que en muy poco tiempo acabó siendo adoptado con orgullo por éstos como seña de identidad.

El hecho de que apareciera siendo un exónimo y con carácter peyorativo es un muy fuerte indicativo de que la palabra con el significado de “obseso con una afición” se aplicó después de haber aparecido en los medios de comunicación para referirse a personas extrañas y estrafalarias.

Imagen promocional del primer Día del Orgullo Friki (25 de Mayo de 2006). Esta iniciativa, al principio una idea del bloguero Señor Buebo (Germán Martínez) para poder solicitar descuentos en las tiendas especializadas, acabó calando entre aficionados y medios de comunicación hasta el punto en que incluso se celebra hoy día en países de lengua inglesa. Se escogió el día 25 de Mayo porque ese día se conmemoran varias fechas relevantes en el mundo del frikismo, quizás la más importante de las cuales, el estrenode la película
Imagen promocional del primer Día del Orgullo Friki (25 de Mayo de 2006). Esta iniciativa, al principio una idea del bloguero Señor Buebo (Germán Martínez) para poder solicitar descuentos en las tiendas especializadas, acabó calando entre aficionados y medios de comunicación hasta el punto en que incluso se celebra hoy día en países de lengua inglesa. Se escogió el día 25 de Mayo porque ese día se conmemoran varias fechas relevantes en el mundo del frikismo, la más importante de las cuales quizás sea el estreno de la película Star Wars: Episode IV – A New Hope. Fuente: http://www.orgullofriki.com

Todo cuadra tanto en términos temporales como filológicos y etimológicos.

Hasta entonces se habían estado utilizando sinónimos del idioma castellano con un tono más neutro o aséptico como fan, aficionado, admirador, seguidor, forofo o incluso hincha para autodesignarse (por ejemplo, fan del rol, aficionado a los cómics, etc.). Sobre todo, los dos primeros términos.

Nótese que ese uso de la palabra friki para referirse a un entusiasta o persona obsesionada con una afición no debe extrañar en tanto en cuanto la mismísima palabra freak también sufrió ese cambio en su lengua original, el inglés. Recordemos: la palabra freak nació con acepciones de “capricho” y “fenómeno o anomalía de la naturaleza”… y acabó designando con el paso del tiempo a las personas de conducta o apariencia extraña, incluidas las personas con obsesión por aficiones poco comunes o minoritarias. Como podéis notar, es una evolución o tendencia “natural”.

Sí es cierto que la difusión plena de la palabra con este significado se produjo con la introducción de internet en España. Pero tampoco fue hacia 2006, sino mucho antes, en el año 2000, recogiendo el uso que ya se daba en la calle y en el mundillo friki.

Lo que se produjo en el año 2006 fue la consolidación del término friki con el significado que da el DRAE de persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición de cara al público mayoritario y a través de los medios de comunicación de masas audioviduales tradicionales (radio, prensa y televisión) con la difusión de noticias acerca de la celebración del primer Día del Orgullo Friki (25 de mayo). El creador de la iniciativa fue el bloguero español Germán Martínez, más conocido como Señor Buebo.

El 25 de mayo de 1977 se estrenó la primera parte (es decir, el episodio IV) de Star Wars en Estados Unidos. También el 25 de mayo, aunque de 2001, Douglas Adams, el autor de la Guía del autoestopista galáctico (una referencia ineludible del mundo friki), fallecía en Londres. Además, el 25 de mayo es el cumpleaños de Mike Myers, protagonista de la película Austin Powers, y de Cillian Murphy, el Espantapájaros en la última de Batman. Todas estas coincidencias y el empuje del Señor Buebo convencieron a los frikis madrileños de la necesidad de reivindicar su día.

La idea fue de Germán Martínez, alias Señor Buebo. Un auténtico frikazo. «Todo empezó como una simple quedada por Internet para que nos hicieran descuentos en las tiendas», explica. Pero la idea caló entre los frikis y sobre todo entre los medios de comunicación, que, haciendo gala de su frikismo, acudieron de forma masiva al evento.
[…]
Friki proviene del inglés freak, que significa raro, extravagante, estrafalario, fanático. Es un término usado en el habla hispana para referirse a la persona interesada u obsesionada con un tema, afición o hobby en concreto.

Fuente: el diario El País.

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5. Cuestiones que se han de tener en cuenta sobre la palabra friki en español. Zanjando debates.

Una de los objetivos por los que me decidí a escribir este ensayo fue el de aclarar y desmitificar muchos conceptos que circulan popularmente sobre la palabra friki. Ahora que os he expuesto la inmensa mayor parte de los datos relevantes, es hora de hacer un alto en el camino para tratar esta cuestión, con elementos sólidos en los que basarnos.

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5.1. ¿Se puede utilizar la palabra friki como insulto?

La respuesta es: sí.

De hecho, es lingüísticamente correcto emplearla así si se desea.

“Pero es que a mí no me gusta que se utilice la palabra como insulto”.

Ni a mí me gusta que existan el hambre, las enfermedades, la guerra o el sufrimiento, pero es lo que hay. Y lo que es peor, el empleo de la palabra como insulto o, más apropiadamente, con matiz de desdén, no es sólo incorrecto sino que tiene tradición de uso histórico y razón etimológica desde hace siglos. Es más, la palabra en español con el significado de obseso con una afición, comenzó con este matiz de índole negativo. No empezó a ser una palabra con tono positivo hasta tiempo después.

La buena noticia es que, como todo insulto e incluso como toda palabra, el significado último reside no ya sólo en quien emite el mensaje… sino también en quien lo recibe. Esto es, si una persona se siente identificada con esta palabra y la asume con sentido identitario o de orgullo, ya se puede poner como se ponga el emisor, que el receptor si no quiere, no tiene por qué sentirse ofendido. A lo largo de la historia de la humanidad ha habido una gigantesca cantidad de palabras que empezaron siendo un insulto y que acabaron convirtiéndose, con el paso del tiempo, en palabras que se asumieron, o se hicieron de uso normal y cotidiano o incluso hubo quien se acabó sintiendo identificado con orgullo con ellas. Algunos ejemplos son: gay, negro, esquimal, amarillo (personas de raza oriental), fan, chicano, rojo, otaku, treehugger… e incluso otros términos relacionados con la palabra friki y que trataremos más adelante como geek, nerd, dork o dweeb.

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El sevillano Juan Joya Borja (1962), más conocido como “el Risitas”, es el friki televisivo español más conocido internacionalmente y uno de los más populares en España. Tanto es así que sus hilarantes intervenciones en la televisión, subtituladas a multitud de idiomas, prinncipalmente el árabe y el inglés, se han acabado convirtiendo en memes. Se dio a conocer junto son su cuñado Antonio Rivero Crespo, conocido popularmente como “El Peíto” en el programa de Jesús Rodríguez Quintero “El Vagamundo” (2000), en Canal Sur TV. Le une una gran amistad con el presentador y periodista que lo hizo famoso, quien sigue solicitándole colaboraciones en muchos de sus programas.
El sevillano Juan Joya Borja (1962-2021), más conocido como el Risitas, es uno de los frikis televisivos españoles más populares y el más conocido internacionalmente. Tanto es así que sus hilarantes intervenciones en la televisión, subtituladas a multitud de idiomas, prinncipalmente el árabe y el inglés, se han acabado convirtiendo en memes. Se dio a conocer junto son su cuñado Antonio Rivero Crespo, conocido popularmente como el Peíto en el programa de Jesús Rodríguez Quintero El Vagamundo (2000), en Canal Sur TV. Le unía una gran amistad con el presentador y periodista que le hizo famoso, quien siguió solicitándole colaboraciones en muchos de sus programas. Fotograma del programa de Canal Sur TV Ratones Coloraos.

5.2. ¿Es correcto emplear la palabra friki para designar a personajes extravagantes como los que aparecen en televisión?

La respuesta es: sí.

Una vez más, hago esta anotación para señalar a la gente que piensa que no se debería llamar a estos personas “frikis” porque creen que es un empleo incorrecto de la palabra.

Al contrario, es un uso más correcto aún que emplear el término para designar a alguien obsesionado con una afición. Porque apareció antes con el significado de “persona estrafalaria”… y el significado de “obsesionado con una afición” deviene de éste. Tanto en inglés como en español. Y esto último mucha gente no lo sabe.

Recordemos que las lenguas son, en palabras de muchos filólogos, entes prácticamente “vivos” aunque sean también constructos sociales, que evolucionan y cambian constantemente. Lo que incluye el significado de las palabras. Que una persona crea a título personal que un significado concreto es incorrecto… será muy respetable, pero importa bien poco. Lo que dictaminará el que un significado predomine sobre el otro hasta el punto de demandar “corrección”… es el uso por parte de la sociedad, de los hablantes.

Así que ya sabéis, si queréis que la palabra “friki” designe sobre todo y ante todo a un aficionado de gran intensidad a temáticas concretas… empezad a usarlo masivamente con este significado y a aplicar ese uso a todo tipo de registro permanente (audiovisual, escrito, etc.), no sólo el registro del habla cotidiana. No pasará mucho tiempo hasta que los diccionarios, enciclopedias y material académico diverso, releguen otros significados a la categoría “en desuso”, o “arcaico”..

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6. Acotando los significados de la palabra friki.

Es de suponer que la inmensa mayoría de lectores han acudido aquí a causa del tercer significado que da el DRAE de 2014 sobre la palabra friki. Ese significado es también el objeto de interés de este ensayo que estáis leyendo:

3. com. coloq. Persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición.

Ésa es una definición genérica y correcta, pero no acota suficientemente. La RAE no ha tenido la intención de perfilar más, quizás para evitar polémicas o a la espera de que el término se asiente más con el paso del tiempo.

Pero lo cierto es que, sobre todo para los que nos autocalificamos como “frikis”, el significado del término es mucho más restrictivo, más especializado, no tan general. Tiene muchos más matices en el habla consuetudinaria que no se incluyen en esta definición tan general. Vamos a enumerarlos y describirlos.

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Foto collage con objetos representantes de muchas de las aficiones frikis clásicas: cómics, manga, miniaturas, juegos de rol, libros de fantasía, merchandising variado de diversas series, películas y dibujos animados... Foto tomada del blog Revenge of the Ultra Nerd, realizada por su autor, Paul A Malchow, autoproclamado
Foto collage con objetos representantes de muchas de las aficiones frikis clásicas: cómics, manga, miniaturas, juegos de rol, libros de fantasía, merchandising variado de diversas series, películas y dibujos animados… Foto tomada del blog Revenge of the Ultra Nerd, realizada por su autor, Paul A. Malchow, autoproclamado pop culture vigilante.

6.1. Temáticas propias de término friki.

Friki es un término “paraguas” bajo el cual se incluye a todo aquel obsesionado con una afición, sea ésta la que sea (filatelia, numismática, vexilología, modelismo, coleccionar hojas de árboles, insectos, cromos antiguos, minerales, piedrecitas de colores, fuentes de procesador de texto, chapas de partidos políticos canadienses de mitad del siglo XIX, etc.). En principio y en teoría, se puede ser un friki del fútbol, por ejemplo.

Pero ésa es la teoría.

En la práctica del lenguaje hablado, el término friki sólo designa o designa mayoritariamente a aquellos que practican desmesurada y obsesivamente unas aficiones muy concretas. Cuáles son estas temáticas está sujeto a debate incluso entre aquellos que se califican a sí mismos como frikis, pero sí es cierto que existe un grupo de temáticas de aficiones de las que prácticamente nadie duda que sí son frikis. Son las aficiones que ya han pasado a ser “clásicas” dentro del mundillo.

Un listado no exhaustivo:

-El cómic. Lo que incluye el manga.

-Los dibujos animados (cartoons, caricaturas animadas). Lo que incluye el anime.

-Los juegos de rol. Incluyen los juegos de rol en vivo. El juego de rol más conocido es Dragones y Mazmorras.

-Los wargames y juegos de estrategia. El más conocido es Warhammer 40000, pero no es el único ni por asomo.

Modelismo y miniaturas.

-Los juegos de mesa. Incluyen algunos (no todos) los juegos de cartas, como Magic: the Gathering.

-Los videojuegos (juegos de ordenador, de consolas, etc.).

-Las nuevas tecnologías y medios de comunicación (ordenadores, internet).

-El género literario, fílmico, etc., de terror. De entre lo más significativo, citaremos la obra de H. P. Lovecraft y el subgénero de películas y series sobre zombies.

-La ciencia ficción (ya sea a través de libros, películas, series, etc.).

-La literatura fantástica. El ejemplo arquetípico que se suele dar es El Señor de los Anillos, de J. R. R. Tolkien.

-Algunas (no todas) películas y series de televisión, principalmente y una vez más las de temáticas relacionadas con la fantasía, el terror, la ciencia-ficción… Un ejemplo de serie sería Star Trek. Las películas frikis por antonomasia pertenecen a la saga Star Wars.

Vuelvo a repetir: cuáles temáticas son consideradas frikis y cuáles no puede estar sujeto a debate y discusión, pero si hay un elemento definitorio para decidirlo… es su cualidad de pertenencia o no a la cultura mainstream.

¿Qué significa eso?

Mainstream es un anglicismo que significa tendencia o moda dominante. La traducción literaria del término mainstream es “corriente popular”.
El término mainstream en inglés está compuesto por dos expresiones: “main” que significa “principal” y “stream” que expresa “corriente o flujo”. La expresión mainstream se utilizó primero para designar la parte principal de un río.
Actualmente, el término mainstream se emplea para designar a la música, el arte, la moda, literatura que cuentan con grandes medios para su comercialización logrando llegar a un grupo grande de personas y alcanzar el éxito internacional. Existen diversos ejemplos de música, arte o moda que forman parte del término mainstream como: la música pop […]

Fuente.

Es decir, para ser considerada propia de frikis, al menos en el habla coloquial, una afición ha de ser minoritaria, poco aceptada por la sociedad. Lo suficientemente minoritaria como para causar extrañeza entre el público general.

Es decir, un aficionado al fútbol por muy aficionado que éste sea, no debería entrar en la definición coloquial de friki como “obseso de una afición” porque la afición por el fútbol pertenece al ámbito de lo mainstream (aunque en términos semánticos pueda hacerlo “legalmente”). La inmensa mayoría del personal no se extraña de que existan aficionados por el fútbol por muy obsesionados que estén con este deporte, pero sí de que existan aficionados muy absorbidos por su afición por los juegos de rol… o de que existan los juegos de rol, directamente.

El problema con todo esto reside en que, hoy en día, muchas de las temáticas clásicas frikis como, por ejemplo, los videojuegos o la afición por películas y series de televisión fantásticas o de ciencia-ficción ya no causan extrañeza o no se consideran impropias o fuera de lo normal como hasta no hace mucho tiempo. Es más, muchas han entrado a formar parte de la cultura mainstream.

Y volvemos a tropezarnos con otra característica que nos ayuda a definir cuándo es friki una afición: la línea temporal. Aunque hoy en día esa temática sea considerada mainstream, todavía disponemos de ese elemento para definirla como friki. ¿Y qué punto temporal es considerado definitorio? La aparición-popularización de internet. Es decir, si la afición que hoy ha pasado a ser considerada mainstream era considerada minoritaria antes de la aparición o popularización de internet, tenderá a ser una afición propiamente friki. Un ejemplo es la afición por los videojuegos. Hasta la aparición-popularización de internet, no eran considerados parte de la cultura mainstream. Hoy en día, sí.

Aquí os dejo con un cuadro cronológico de la evolución de internet para que os ayude a ubicaros:

Cronología de la historia de internet.
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Aun con toda esta ayuda, existen algunas aficiones que entran dentro de un “área gris” sobre las que se discute mucho (principalmente en las redes sociales de habla hispana) si pertenecen o no al mundo del frikismo.

Algunos de esos ejemplos son los citados wargames, el pintado de miniaturas y el modelismo. La mayoría de aficionados actuales los consideran parte fundamental de las aficiones clásicas propias de frikis, pero existen muchos otros aficionados, especialmente los de más edad, los que comenzaron a practicar esas aficiones en España, que se sienten ofendidos si se emplea el calificativo friki para describirlos porque consideran sus aficiones mucho más serias, más normales o más habituales que las demás o que su comportamiento personal como aficionados no cuadra con el comportamiento esperpéntico y subido de tono que ellos mismos le atribuyen a aquellos que se califican como frikis. Por ejemplo, es relativamente raro oír a alguien con una afición al modelismo calificarse a sí mismo de «friki», lo normal es que emplee sobre todo la palabra “aficionado” o, en menor medida, “fan” y palabras relacionadas. Estas personas suelen tener una edad por encima de la media y/o pertenecer a ámbitos alejados (por ejemplo, militares) de lo que es la cultura friki que hoy consideramos “tradicional”, gente que practicaba su afición mucho antes de que el fenómeno friki se popularizara o que tan siquiera apareciera la palabra.

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6.2. Grado de involucración con la afición.

Otro rasgo que ayuda a distinguir a un friki de un mero aficionado es el grado en el que se ve absorbido por su afición. Como ya hemos visto, la palabra friki en el castellano coloquial tiene las connotaciones explícitas de referirse a una persona que practica su afición de manera “desmesurada” u “obsesiva”.

Es decir, que a una persona le gusten los cómics no la convierte automáticamente en un “friki de los cómics”. Se necesita algo más que el simple placer que se experimenta con una afición o hobby para ser calificado como friki.

No existe un baremo reglado y definido ni muchísimo menos para decidir el nivel de obsesión de una persona con su afición. Pero sí que existen referencias claras y útiles:

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Estudio estadístico de la comparativa en los cambios en popularidad e índices de victorias de los ejércitos del wargame Warhammer 40000 tras la llegada de la 7ª edición del juego. Autor: Evan Slagle para la web Torrent of Fire (12-08-2015). Hasta estos extremos llega la sed de conocimiento sobre su hobby en algunos aficionados, que les lleva a la recopilación de datos y complicados cálculos estadísticos en las que basar de menar empíricamente contrastable sus afirmaciones y opiniones.
Estudio estadístico de la comparativa en los cambios en popularidad e índices de victorias de los ejércitos del wargame Warhammer 40000 tras la llegada de la 7ª edición del juego. Autor: Evan Slagle para la web Torrent of Fire (12-08-2015). Hasta estos extremos llega la sed de conocimiento sobre su hobby en algunos aficionados, que les lleva a la recopilación de datos y complicados cálculos estadísticos en los que basar de manera empíricamente contrastable sus afirmaciones y opiniones.

A) La principal es el grado de conocimiento técnico de una persona con respecto a su afición.

Un friki de los juegos de rol, por ejemplo, conocerá multitud de datos inusuales y muy específicos con respecto a su afición: curriculum y biografía detallada de sus creadores, sabrá de ediciones inusuales, se conocerá los sistemas de juego con mucha profundidad, sus pros y contras al dedillo, hará fichas de personajes maximizadas, podrá realizar comparativas extensas y detalladas entre sistemas, etc. De la misma forma, un friki de los cómics también suele conocer multitud de anécdotas referentes a los autores de sus obras favoritas, adquirirá merchandising (y sabrá detalles inusuales sobre él), seguirá la línea editorial de las publicaciones, se conocerá varias líneas temporales argumentales, se sabrá la “biografía” de sus personajes favoritos, los crossovers en los que participó, en qué número de publicación aparecerá una escena concreta, etc., etc.

Resumiendo: los frikis son muy especialistas en su campo, muy conocedores del mismo.

Para poder ilustrar eso último… son muy conocidas las anécdotas de trekkies (frikis de la saga Star Trek) que ponían en apuros a los realizadores de la serie en las convenciones porque demostraban saber más que ellos mismos y encontraban incoherencias y fallos argumentales, de diseño o de guión que ni esos mismos creadores se habían dado cuenta. Hasta tal extremo puede llegar el conocimiento técnico de un friki obsesionado con su afición.

Se suele decir medio en broma de un friki que acumula un conocimiento gigantesco sobre multitud de datos muy específicos que no sirven para nada en la vida real.

Esta característica definitoria de lo que es un friki, el conocimiento técnico sobre una afición, nos la encontraremos también cuando hablemos de lo que significa el término geek.

Un fan del fútbol puede tener conocimientos técnicos profundos sobre su afición, tales como saber alineaciones de memoria, trayectorias de futbolistas y entrenadores, resultados de partidos y clasificaciones de ligas pasadas, técnicas de juego, estrategias, etc. Pero, en líneas generales, eso está circunscrito a un número bastante limitado de hinchas, no es algo tan normal que suceda como en el caso de los frikis, en los cuales el conocimiento técnico es abrumador tanto en profundidad como en cantidad en todos ellos.

Hay una mayor densidad de obsesos en algunas aficiones que otras, principalmente en las aficiones del mundillo friki: el fútbol puede ser una afición muchísimo más extendida y numerosa en términos de practicantes que la afición por la literatura de terror, pero seguro que la mayoría de los aficionados a la literatura de terror son frikis de la misma. Por decirlo de una forma que se pueda entender… hay más aficionados y gente a la que simplemente le gusta el fútbol que conocedores en profundidad del fútbol. De entre las personas a las que les gustan los cómics o Star Wars, una buena parte, por no decir la mayoría, son frikis con gigantescos conocimientos sobre esas aficiones.

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Cosplay de Bahamut, uno de los monstruos jugables del videojuego Final Fantasy X y Final Fantasy Dissidia. A su autor, Orochi X, le llevó dos meses el finalizarlo. Está hecho de manera artesanal, con piezas móviles, incluida la cola. Tiene 2,7 m de alto por 3 de ancho y está realizado a una escala de 1:5. Foto de Pinky Lu Xun para el grupo de cosplay indonesio Endiru 2010. A esto se le llama dedicación al hobby.
Cosplay de Bahamut, uno de los monstruos jugables de los videojuegos Final Fantasy X y Final Fantasy Dissidia. A su autor, Orochi X, le llevó dos meses el finalizarlo. Está hecho de manera artesanal, con piezas móviles incluida la cola. Tiene 2,7 m de alto por 3 de ancho y está realizado a una escala de 1:5. Foto de Pinky Lu Xun para el grupo de cosplay indonesio Endiru (2010). A esto se le llama dedicación al hobby.

B) El grado de obsesión.

Uno de los aspectos que menos gustan a la comunidad de frikis es que se les señale de manera externa haciendo hincapié en el grado de obsesión con sus aficiones, pero lo cierto es que es una de las características más definitorias, conjuntamente con el elevado conocimiento técnico sobre éstas. Para ser un friki no basta sólo con ser un gran conocedor de su afición y que ésta le guste a título personal. Le tiene que gustar mucho. ¿Y cuándo es algo “mucho”? Cuando esa obsesión es notoriamente perceptible por parte de los demás, de aquellos que le rodean.

El cómo un friki manifiesta su obsesión por una afición, varía. Varía tanto como para que sea físicamente imposible enumerar las particularidades de esa obsesión. Baste decir que cada friki es un mundo, y muestra su obsesión de una forma particular. El único elemento claramente discernible es ése… que su obsesión sea (muy) perceptible por los demás.

Pasamos a dar un listado no exhaustivo de cómo manifiesta perceptiblemente su obsesión un friki.

Empecemos con las dos formas más comunes:

-A través de su indumentaria y apariencia. Es quizás una de las formas más comunes. Muchos frikis llevan camisetas con lemas o temas gráficos de acuerdo a su afición, hacen uso extenso de merchandising acorde (llevando llaveros, poniendo pegatinas en sus vehículos, tuneando el ordenador), o incluso se disfrazan de sus personajes favoritos (por ejemplo, el cosplay ha llegado a constituirse como una afición friki en sí mismo).

-A través de su conducta. Quizás la forma más común. La inmensa mayoría de frikis hacen uso de un lenguaje verbal y no verbal con multitud de referencias a sus aficiones. Los trekkies suelen hacer el saludo vulcaniano; los frikis de Star Wars repiten a menudo frases célebres de las películas (“yo… soy… tu padre”), etc. Entiéndase “conducta” tanto en la vida real como en el ciberespacio, por favor.

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Y dos formas más no necesariamente obligatorias o mayoritarias:

-Socializando de manera interna en el mundillo. Por ejemplo, acudiendo a convenciones especializadas (GenCon, Salones del Cómic, festivales temáticos de cine).

-El coleccionismo y adquisición de material relacionado directa o indirectamente con la afición.

Estos dos últimos, los veremos más adelante en profundidad, cuando hablemos del grado de participación, porque también pertenecen a ese ámbito.

Como se puede observar, estas conductas perceptibles no son exclusivas de los frikis, son propias de toda persona obsesionada con algo. Un hincha de fútbol compartirá todas o casi todas estas conductas: desde peinarse como su ídolo futbolista hasta imitar sus expresiones o poner etiquetas de su equipo favorito en el coche pasando por coleccionar cromos y fichas técnicas o incluso vestir aunque no proceda con la equipación deportiva que le guste. ¿Qué distingue entonces a un friki de un simple aficionado obseso? Aparte de la temática y su grado de aceptación por parte de la sociedad, como ya hemos visto, prácticamente nada, salvo muy quizás el hecho de que a los frikis se les percibe por parte de los ajenos al mundillo o a la afición como aficionados con un matiz esperpéntico y ridículo, propio de alguien a quien no le preocupa la vergüenza. A veces los mismos frikis se perciben también así, incluso tomando ello como una señal de orgullo.

Pero, obviamente, eso es una apreciación en la en la que no todos los afectados coinciden.

Además, que alguien me diga mirándome a los ojos si esta reacción de un fan del fútbol (más concretamente, del argentino Club Atlético River Plate) no es esperpéntica y ridícula. Que su obsesión con su afición sea más mayoritaria no la hace menos obsesión… ni menos ridícula o hilarante:

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C) El grado de continuidad y participación.

Muy relacionado con lo que hemos visto en el anterior subapartado.

Un friki no es o no suele ser un seguidor ocasional de una afición.

De hecho, una de las características más descriptivas de un friki con respecto a su afición es que no ceja en ella, se mantiene a lo largo del tiempo aunque pueda variar la cantidad de atención que le pueda dedicar. En líneas generales, un friki lo es “para toda la vida”. Incluso aunque no pueda practicarla más o no tanto como quisiera, se suele mantener muy informado sobre ella. Es el caso de los frikis de los juegos de rol, una afición que suele descender en su práctica conforme los aficionados se hacen mayores, porque no tienen tanto tiempo para ella o simplemente no tienen ocasión de compaginarla con los avatares de la vida cotidiana, ya que es una afición que requiere de la colaboración de varias personas.

Otra cuestión es el sentido comunitario de la afición. Un friki no suele guardarse sus gustos para sí mismo. Tiene tendencia a buscar a quienes compartan sus aficiones y asociarse con ellos, ya sea en la vida real o en internet.

Esta búsqueda de socialización específica se percibe principalmente en estas cuestiones:

-Intervención en redes sociales (cibernéticas o no como las quedadas o clubs, pero internet es la forma mayoritaria). Es la forma más común de interrelacionarse.

-Acudiendo a convenciones especializadas (GenCon, Salones del Cómic y del Manga, festivales temáticos de cine, convenciones trekkies, conferencias…). Esto no es algo general, ya que sólo está al alcance (geográfico, económico, etc.) de unos cuantos.

-El coleccionismo o adquisición de material relacionado con la afición. Es una forma de socializar en sí misma.

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Lo cierto es que esta variable o referencia para poder discernir el grado de obsesión con una afición no es tan decisiva o diferenciadora como pueda parecer. Prácticamente todas las aficiones la tienen, no sólo las del mundillo friki. Existen cosas como las peñas de fútbol, por ejemplo, o las asociaciones filatélicas, muchas de ellas anteriores incluso a la aparición de las temáticas frikis. Sí es cierto que las aficiones frikis han sabido abrirse un hueco especializado sólo para ellas al margen de la opinión y el apoyo de la sociedad o la cultura mainstream. Es más, las aficiones frikis se caracterizan por haber alcanzado un desarrollo exponencial en muy poco tiempo, apenas unas décadas: un ejemplo son los Salones del Cómic, que han acabado atrayendo a más personas que aficiones más clásicas como los clubes de lectura y poesía.

Se suele decir que un friki se caracteriza por la adquisición compulsiva de material relacionado con su afición, no sólo el material central a esa afición. Esto es, un aficionado a la filatelia adquirirá ante todo y sobre todo, material primario de su afición, esto es, sellos… y ocasionalmente material de uso práctico relacionado con ella, como carpetas, fundas, papel, etc. Un friki del cómic suele adquirir cómics en primer lugar… y muchísimo más material no necesariamente de uso práctico: figuritas, miniaturas, pósters, fondos de pantalla, fundas de móvil, merchandising vario (llaveros, mecheros, joyería, bisutería, camisetas…). Es una de las características más visibles y que se tiene como más propia de la conducta friki pero eso no es un hecho que se puede considerar específico del frikismo. No es por nada, sino porque algunas otras aficiones incluyen esta misma conducta. Los hinchas de fútbol, por ejemplo, también son grandes consumidores de material comercial no necesariamente relacionado de manera pragmática con su afición: desde pegatinas para automóviles hasta pins o emblemas, bocinas, bufandas, etc.

Vistas de la planta principal de la Comic Con 2014 de Salt Lake City (Utah, EEUU). Autor: anónimo para saltlakecomiccon.com. Los salones del cómic (o
Vistas de la planta principal de la Comic Con 2014 de Salt Lake City (Utah, EE.UU.). Foto: saltlakecomiccon.com. Los salones del cómic (o «convenciones» del cómic, de ahí la abreviatura «con») constituyen un popular punto de reunión de los fans del mundo del cómic. Es muy frecuente que acudan disfrazados, en grupos, y se fotografíen unos a otros. La venta de merchandising constituye una parte económica del evento tan importante o incluso más que la misma venta de cómics.

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6.3. Grado de ridículo y participación social externa a la afición (aislamiento social).

Éste es, muy probablemente, el aspecto más polémico de los referentes a la hora de definir a un friki como tal (“obseso con una afición”)… y es algo que levanta pasiones en los debates y estudios sociológicos del mundillo friki: el estigma social.

¿Son las aficiones frikis ridículas, raras y/o peligrosas? ¿Son ridículos, raros y/o peligrosos sus aficionados? ¿Predisponen las aficiones frikis al aislamiento social? ¿Son sus aficionados unos introvertidos y antisociales?

Especialmente relevante es la asociación que se hace entre amplios segmentos de la sociedad entre frikis y comportamientos antisociales (como el desapego o distanciamiento con respecto a la misma sociedad, sus normas, la cultura mainstream o la realidad “normal”). Se suele decir que no eres un auténtico friki hasta que tus padres (o pareja, familia, amigos, etc.) no te han reñido por jugar tantísimo a los videojuegos o dedicarle tantas horas a ver dibujos animados.

Nótese que esto viene de largo: ya se lleva debatiendo desde la aparición de la misma palabra en el idioma inglés y que, recordemos, nació con connotaciones de índole negativa (con significados referentes a lo extraño tanto en conducta como en apariencia). Me veo en la obligación de tratar este tema porque, a fin de cuentas, estoy tratando qué significa friki y existe un innegable debate social acerca de si estas características son propias o no de los aficionados con temáticas frikis… ¡e incluso de las aficiones en sí mismas!

El arquetipo de friki antisocial o asocial varía de cultura a cultura. En los países anglosajones (principalmente EEUU y Canadá), este estereortipo recae en la figura del
El arquetipo de friki antisocial o asocial varía de cultura a cultura. En los países anglosajones (principalmente EE.UU. y Canadá), este estereotipo recae en la figura del «friki de sótano» (basement geek o basement nerd): una figura recurrente en el imaginario de internet y, en menor medida, del mundo del cine y la televisión. Son personas que viven todavía con sus padres y que ocupan los sótanos de la vivienda familiar (muy típicos en las viviendas norteamericanas) donde disponen de espacio e intimidad para sus ocupaciones, principalmente trastear con ordenadores, programar sofware, administrar webs, jugar videojuegos, navegar por internet, etc. En Japón esta figura la ocupa el hikikomori. En España no hay un estereotipo tan definido, lo que viene a reflejar que el friki hispano típico no es tan inepto socialmente como sus equivalentes en otras culturas (o no se le tolera tanto). Lo más parecido sería el llamado en las redes sociales despectivamente «friki comedoritos«. Foto: techzestblog.com

A los frikis se les suele percibir desde el exterior (esto es, por parte de personas ajenas al mundo de sus aficiones), como gente con una afición o un grado de afición que se sale de lo normal o lo socialmente aceptable. Son especialmente llamativas para el conjunto de la sociedad las actitudes propias de algunos (muchos) frikis tales como disfrazarse de sus personajes favoritos, bailar desenfrenadamente los openings y endings de sus series favoritas, ensayar y practicar coreografías relacionadas con aficiones como el anime y los videojuegos, cantar a pleno pulmón parodias de canciones famosas pero cambiándoles la letra por temas relacionados con la afición, gritar insultos por el micro cuando se está jugando a un MMORPG (videojuegos de rol multijugador masivos en línea) que se pueden oír hasta en el piso de arriba, discutir desaforadamente sobre si es mejor Star Trek o Star Wars, etc., etc., etc.

Es más, se suele aducir que los frikis son inadaptados y marginados sociales o personas que tienden al retraimiento y aislamiento social, llegando a ser un rasgo característico de éstos y que se debería incluir en la definición de friki, máxime cuando en la definición formal ya se va intuyendo el camino que debería seguir al afirmar que un friki es una persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición.

Estas posturas se ven reforzadas entre el público general con el tratamiento que dan algunos medios de comunicación a determinadas noticias relacionadas con las aficiones frikis, tales como el caso del asesino del rol en España y el del asesino otaku en Japón.

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Hay dos posturas principales dentro de la comunidad de frikis:

1) -La que acepta esto como inevitable y como parte intrínseca del fenómeno friki. Hay incluso quien asume con orgullo la relación entre marginación social y aficiones frikis o entre comportamientos desinhibidos y ridículos y la práctica de las mismas. Para algunas personas no se es friki si se tiene vergüenza, recato o moderación… y hay que reconocer que eso está implícitamente anotado en la definición formal del DRAE al hablar de “desmesura” y “obsesión”.

2) -Hay quien considera que ésta no es necesariamente una característica propia de frikis o de las aficiones frikis aunque se den casos particulares o más o menos conocidos. Estas personas prefieren emplear términos más positivos como “pasión” en vez de “obsesión”.

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A decir verdad, las dos posturas tienen algo de razón pero mi postura personal (y en este apartado dejo el tono académico que he estado utilizando en el ensayo para opinar) está más con la segunda, que es la mayoritaria, al menos en mi entorno inmediato y desde que me considero y califico como friki. Por varios motivos:

-No es un rasgo obligatorio ni definitorio. El practicar obsesivamente una afición (como afirma la RAE) no implica necesariamente que se tenga que practicar de forma esperpéntica, ridícula o estúpida o que se tenga que ser obligatoriamente un marginado social para ser un friki. No todos los frikis practican sus aficiones de manera ostensiblemente ridícula. No de cara al público, al menos. Los casos de frikis que se visten como sus personajes favoritos de ficción y se lían a dar voces en la calle asustando al personal o haciendo el ganso son minoritarios. Nadie niega que sucedan, pero sí se niega que sean continuos o tan representativos como se da a entender. Esto no es normal aunque mucha gente lo piense.

Resumiendo: obsesivo no es igual a ridículo. Se puede ser obsesivo o apasionado con una afición sin que nadie lo note ostensiblemente o se tenga que molestar o tan siquiera asombrar a terceras personas.

-La inmensa mayoría de aficionados a temáticas frikis rechaza de plano que ésta sea una característica que se les pueda aplicar. No al menos en el ámbito general. Pueden existir casos particulares y notorios, pero no es la norma. No hoy en día, al menos.

Esto… no es normal aunque los medios de comunicación, especialmente los que únicamente se preocupan de la audiencia, pretendan lo contrario.

Como indicativo de que esto no es lo habitual, para designar a personajes como éste que hemos podido ver en el vídeo, se suele utilizar un término muy propio del lenguaje coloquial español: frikazo (de «friki» y sufijo aumentativo terminado en «–azo»), con el que describir a personas que aunque se admita que son frikis por parte de otros frikis e incluso se describan a sí mismos como “frikis”, se salen ya de lo aceptable para el friki medio, entrando incluso en consideraciones pertenecientes al ámbito psiquiátrico.

-El hecho de que una afición sea esperpéntica o ridícula de por sí es más que relativo y debatible. Y los parámetros utilizados para calificarla así, no suelen aplicarse fácilmente a todas las aficiones frikis clásicas. Es harto difícil calificar a la afición por los ordenadores de “ridícula” en líneas generales, por ejemplo. No se puede decir lo mismo de la tauromaquia. Con estos ejemplos lo único que pretendo únicamente es señalar el doble rasero con el que se miden las percepciones sociales. Y si mis palabras han ofendido a algún aficionado a la tauromaquia, pues que se tome un vaso de agua.

-Otras temáticas tienen aficionados con conductas tan extrañas o peligrosas o más aún que las frikis. Por ejemplo, la afición por el fútbol… o la tauromaquia, una vez más. No se nos olvide que ha habido muchísimas más muertes causadas en el ámbito futbolístico o en el de los toros que en los ambientes propios de frikis. Curiosamente, las entidades legislativas, judiciales y ejecutivas rarísimamente se han parado siquiera a ponderar el prohibir el fútbol (tratamiento que no han recibido los videojuegos, por ejemplo).

Las conclusiones del debate se están decantando progresivamente hacia la aceptación social del fenómeno friki, resultado inevitable de la difusión cada vez mayor de las aficiones frikis tanto en número de practicantes como entre diferentes segmentos sociales. Por ejemplo, en los años ochenta era muy difícil encontrarse con aficionados a los videojuegos fuera de clases sociales en un régimen socioeconómico acomodado. Es más, muchas aficiones frikis están ya consideradas plenamente como pertenecientes a la cultura mainstream (una vez más, los videojuegos, los ordenadores, las nuevas tecnologías o el modelismo).

-Las aficiones frikis y aficionados frikis son cada vez menos raros y cada vez menos percibidos como tales, a lo que ayuda el hecho de que con el paso del tiempo, las aficiones frikis no se han demostrado como inherentemente peligrosas (las muertes y hechos delictivos que ni tan siquiera tangencialmente relacionadas con el frikismo son excepcionales, por ejemplo). Incluso los medios de comunicación por fin han ayudado a cambiar esta percepción… pero eso ha sucedido sobre todo desde la popularización de internet que es lo que más ha ayudado a la causa de la normalización del fenómeno friki. Se suele decir de internet que es “el campo de batalla preferido” o incluso “el hogar” del friki.

-Es cierto que muchos de los aficionados iniciales típicos de comienzos de la existencia de las aficiones frikis eran personas con un perfil muy determinado, no muy proclives a la interacción social estándar. Por ejemplo, en los años setenta, prácticamente todos los aficionados a las aficiones frikis pertenecían a arquetipos de personas jóvenes, tímidas, buenos estudiantes, con mucha cultura y mucha sensibilidad, que leían o dedicaban más atención a la televisión y los ordenadores que a los deportes (el cine y la televisión recogieron, incluso, estereotipos físicos de estos primeros frikis, tales como la figura del empollón repeinado con gafas). Un detalle especialmente curioso es que muchos psicólogos, al principio de la aparición de estas aficiones, allá por los años setenta y ochenta, confundieron a muchos de éstos, con afectados por el síndrome Asperger, porque compartían numerosas características: incapacidad en las habilidades sociales y obsesión exacerbada con un tema en concreto. Esto ya no es la norma. La incapacidad social no es un rasgo inherente a la práctica de estas aficiones o del fenómeno friki en líneas generales, es más icónico del imaginario popular que un hecho real, especialmente desde que estas aficiones se popularizaron. Sí es cierto que es uno de los baremos para distinguir o acotar los significados de términos similares en inglés tales como nerd o geek, que veremos más adelante.

-Es mi creencia personal que esta percepción entre frikismo y aislamiento social se ha debido a lo minoritario de la práctica de las aficiones frikis y la atención excesiva que se dedica a los aspectos más espectaculares y estrambóticos de éstas y sus seguidores por parte de medios de comunicación y observadores casuales ajenos.

Vamos a admitirlo, el principal problema con este rasgo es el hecho de que grandes sectores poblacionales de la sociedad ven raro o extraño que personas en su sano juicio se obsesionen con temáticas que, a su entender, no merecen tal obsesión… o tal grado de obsesión. Es, básicamente, el mismo comportamiento natural que se tiene ante lo desconocido: temerlo.

Retomemos el tono académico en el ensayo.

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Evento Survival Zombie en Archena, Murcia (10/052014). Foto: Juan Caballero para La Opinión de Murcia. Los frikis se caracterizan por hacer muy perceptibles sus aficiones independientemente de la opinión mainstream y desafiando muy a menudo el sentido del ridículo, lo que los hace parecer antisociales a los ojos del conjunto de la sociedad. Aunque la organización de eventos como el de la imagen ya son moneda corriente entre la oferta cultural de España y otros países, eran observados con estupefacción cuando no con incredulidad hasta no hace mucho tiempo, especialmente por parte de las generaciones de mayor edad.
Evento Survival Zombie en Archena, Murcia (10/05/2014). Foto: Juan Caballero para La Opinión de Murcia. Los frikis se caracterizan por hacer muy perceptibles sus aficiones independientemente de la opinión mainstream y desafiando muy a menudo el sentido del ridículo, lo que los hace parecer antisociales a los ojos del conjunto de la sociedad. Aunque la organización de eventos como el de la imagen ya son moneda corriente entre la oferta cultural de España y otros países, eran observados con estupefacción cuando no con incredulidad hasta no hace mucho tiempo, especialmente por parte de las generaciones de mayor edad.

¿Hay motivos para ese temor o desconfianza?

¿Cuándo es ese interés u obsesión por algo, en este caso una afición, peligrosa?

Cuándo ese interés se convierte en excesivo y patológico, está sujeto a debate, pero la comunidad científica de psicólogos y psiquiatras han establecido una referencia clara: cuando la obsesión por la afición impide el desarrollo normal de la vida de la persona.

Si una persona emplea tanto tiempo en su afición como para descuidar su higiene personal, sus calificaciones escolares, su alimentación, horas de sueño, su salud o la salud de aquellos que se encuentran en su entorno, cuando su percepción o interés con todo aquello no relacionado con su afición disminuye de manera perceptible, aumenta la agresividad, etc., está mostrando rasgos que ayudan a definir que esa persona ha pasado de ser un obseso por su afición para entrar en la categoría de enfermo patológico.

Nótese que no es la afición en sí lo que causa el no tener una conducta neurotípica, que es lo que suelen alegar aquellos que quieren prohibir cosas como los videojuegos con temáticas de violencia… sino la obsesión por la misma.

Una pistola no mata por sí misma. Mata la persona que la empuña. Del mismo modo, la presencia de videojuegos, independientemente de su temática, no causan comportamientos agresivos, sino la obsesión con éstos. Y es en las causas de esta obsesión (enfermedades y trastornos mentales, entornos familiares y socioeconómicos desarraigados y desestructurados, etc.) donde reside la causa última del comportamiento patológico.

Nótese también que por lo que hemos visto ahora, la palabra friki está relacionada, como su original inglés, con el concepto de “extraño”. Extraño tanto por lo inusual de la afición… como por el elevado grado de obsesión con esa afición.

Es una de las razones, si no la principal, por la cual los frikis suelen estar poco aceptados o tan siquiera bien vistos por la sociedad, considerándose normalmente sus gustos como infantiles, inmaduros e impropios de la edad del sujeto. Por lo menos hasta no hace mucho tiempo. No hay una fecha que se muestre decisiva para decir que las aficiones frikis han pasado a estar más aceptadas por la sociedad, pero en el caso de España se suele poner como fecha significativa, una vez más, el 25 de mayo de 2006, cuando los medios de comunicación tradicionales dieron a conocer al público general la iniciativa del Día del Orgullo Friki. Pero no es el único factor: otros elementos son el aumento del número de frikis, su presencia en multitud de ámbitos y el envejecimiento de su población. Éste último es un factor muy importante: al observarse que los frikis no disminuyen su afición con la edad, que pueden compaginarla con la madurez física y emocional que conlleva ésta y que incluso se suman personas más allá de la adolescencia, que la sociedad ha terminado por aceptar que no es un fenómeno transitorio ni particular de una edad o segmento poblacional específico. A los fans del rock les sucedió lo mismo, por ejemplo: en los años sesenta y setenta se decía que esa afición era sólo propia de jóvenes y que se desvanecería con la edad. Hoy día se puede ser un abogado muy serio en la vida laboral, padre o madre cariñosos… y friki, todo ello a la vez. Y no pasa nada.

Hoy en día es relativamente seguro afirmar que ya se ha producido la consolidación a grandes rasgos de la aceptación social del fenómeno friki.

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6.4. Otras características menos comunes.

No es una característica general, pero a quien le gusta una temática friki le suele gustar alguna o algunas más de entre las que se encuentran en el mundillo.

Las temáticas frikis suelen estar interrelacionadas, se influyen las unas a las otras. Por ejemplo, la literatura y cine de terror han influido mucho en la literatura fantástica y de ciencia-ficción y viceversa.

Entre los aficionados esto es quizás más evidente en el mundo de la informática y los ordenadores: un friki de los ordenadores suele ser también un friki de los videojuegos. Es relativamente común que un friki de los wargames sea también un friki de los juegos de rol. Un friki del cómic suele ser muy a menudo, un friki del manga y del anime. En cierta medida, las aficiones frikis se complementan unas a otras, y eso es un rasgo que no se suele encontrar entre los fans de otras aficiones.

A un fan del fútbol no le suelen gustar otros deportes… o, mejor dicho, no tiene tanto grado de conocimiento de esos deportes o un interés destacable por ellos como en el caso del fútbol. Si a un friki de los cómics le gusta el anime, es muy probable que tenga unos conocimientos sobre éste no muy inferiores a su afición principal.

Dentro del mundillo friki se suele sobreentender que cuando se dice de alguien que es un friki, a secas, sin especificar una temática, que lo es porque sigue varias de las aficiones clásicas.

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7. Otros términos utilizados para referirse a los frikis.

7.1. En español (ñoño).

Ya hemos visto a lo largo de este ensayo que existen palabras que se pueden considerar prácticamente sinónimos de la palabra friki en castellano: aficionado, fan, fanático, admirador, seguidor, forofo, hincha… Algunas veces se emplean incluso palabras más genéricas que no son sinónimos pero pueden utilizarse dependiendo del contexto, tales como loco o chiflado (“loco de los cómics”, “chiflado de los ordenadores”, etc.).

El español coloquial de Hispanoamérica tiene multitud de términos similares a la palabra friki.

Un alto antes de continuar y no debería añadirlo porque es de recibo, pero más vale prevenir que curar porque me he encontrado con mucha gente que NO entiende la diferencia (y debería, de haber recibido una educación básica): dado que estamos hablando del idioma español, se procede a utilizar el término Hispanoamérica y NO Latinoamérica. Hispanoamérica y Latinoamérica NO son sinónimos, ya que NO en toda Latinoamérica se habla el español de manera oficial: Brasil y Haití también son parte de Latinoamérica y en esos países se hablan portugués y francés (kreyòl o criollo) respectivamente como lenguas mayoritarias. A este ensayo hemos venido a hablar de términos que han pasado al castellano, NO de los que hayan pasado al portugués o al francés.

Lo cierto es que esa variedad de términos similares a friki en los distintos dialectos del español de Hispanoamérica, me imposibilita físicamente para reflejarlos todos. El listado sería muy extenso y nunca completo porque aparecen y desaparecen continuamente (es un fenómeno propio del lenguaje coloquial y las jergas: lo que hoy significa una cosa, mañana significa otra distinta). Hay términos que se usan durante un periodo con ese significado y luego aparecen otros nuevos, según modas y gustos. Además, recordemos que estos términos son muy coloquiales y de difusión muy limitada. Tanto, que sólo los entienden como similares a friki aquellos que los utilizan, en ámbitos muy limitados (como las redes sociales hispanas de temáticas frikis).

Solamente me voy a detener en un término, que es el que ha adquirido más notoriedad y estabilidad y quizás el de más difusión geográfica en Hispanoamérica, aunque se emplee mucho menos en las redes sociales que friki. Me estoy refiriendo a la palabra ñoño.

Antes de comenzar, he de señalar que “ñoño” en su acepción como aparente sinónimo de friki no se utiliza en toda Hispanoamérica ni muchísimo menos. Que sea el más extendido de los términos alternativos en castellano coloquial no significa que esté muy extendido per se. No en todos los países se utiliza con la misma profusión ni con el mismo sentido.

El DRAE cita estos significados para la palabra ñoño:

ñoño, ña.
(Del lat. nonnus ‘anciano’, ‘preceptor, ayo’).
1. adj. Dicho de una cosa: Sosa, de poca sustancia.
2. adj. coloq. Dicho de una persona: Sumamente apocada y de corto ingenio.
3. adj. ant. Caduco, chocho.

En España y en países hispanos como Costa Rica, ñoño tiene además, un uso coloquial no recogido en el DRAE: “sensible, sentimental o empalagoso en exceso” (hasta dar asco), muy parecido al cheesy inglés. A partir de ahí, también puede tener el matiz de “infantil”, en el sentido de que es tan sensible que llora mucho, como un niño.

Como podemos ver, en términos formales académicos, la palabra ñoño todavía no incluye ningún significado parecido a friki a fecha de septiembre de 2015. Es una de las grandes razones por las que ñoño para referirse a friki no se ha extendido mucho (en España es prácticamente desconocido, por ejemplo).

Otra cuestión es que su raíz etimológica y semántica no está tan conectada con los significados convergentes de friki (“obsesión” y “extraño”) procedente del inglés freaky. Es decir, el empleo de ñoño es muchísimo más coloquial y no tiene tanta tradición ni razón de uso aplicable. Se ha asociado con el significado de friki muy tangencialmente a partir de sus muchos otros significados previos coloquiales en el castellano de Hispanoamérica.

La palabra ñoño tiene, además de los significados que da el DRAE, sutiles variaciones en el castellano coloquial de cada país. Por ejemplo, en Bolivia ñoño puede calificar a alguien que tiene un comportamiento infantil. En la República Dominicana se utiliza también para designar a un niño llorón. En Colombia he podido comprobar que equivale a bobo, directamente. En México se hace especial hincapié en asociar la palabra ñoño con el personaje del mismo nombre que aparecía en la famosa serie infantil El Chavo del Ocho… y es por ello que en este país designan también con la palabra “ñoño” a la gente que tiene sobrepeso, especialmente a los niños y jóvenes (para los mayores, se emplea el nombre de su padre en la ficción, “el señor Barriga”, representado por el mismo actor, Édgar Vivar). Chile es quizás el país donde el significado de ñoño se acerca más al de friki, ya que allí es muy habitual designar con esa palabra incluso a los aficionados a temáticas frikis clásicas como los videojuegos.

No me voy a parar en todos estos matices porque si no, no acabaría nunca. Además, seguro que en los comentarios me vendrán, lo quiera yo o no con multitud de acepciones más, precedidas de un no solicitado: “pues estás equivocado porque en mi país ñoño significa…” (comentarios que borraré de inmediato, por cierto). Me voy a centrar en el significado coloquial panhispánico que más se acerca a friki.

Ñoño es una palabra quizás de origen onomatopeico (probablemente un balbuceo infantil) que proviene del latín medieval carolingio nonno (“anciano, abuelo, preceptor, ayo, maestro venerable”; no relacionado con “nono”, relativo al número nueve), que acabó castellanizándose en noño (recordemos que las dos enes juntas del latín dieron lugar a nuestra “ñ”, que es lo que significa: “doble n”) y de ahí pasó, por regularización fonética, a ñoño.

¿Cuál es la relación con el significado “friki”? Es muy tangencial.

En España y muchos otros países se cree que la palabra “ñoño” aplicado como sinónimo de “friki” viene por el lado del significado de “apocado, sensible, llorón”.

Pues no, no viene exactamente de ahí.

Armando Rosselot Cuevas, uno de los más importantes escritores chilenos contemporáneos de ciencia-ficción y fantasía, presentando su libro Te llamarás Konnalef, de la editorial Forja. Foto: http://biosdelosblogsh.blogspot.com.es. Este autor, como muchos compatriotas de su generación y grupos literarios (I.C. Tirapegui, Michel Deb o Carlos Páez) se denominan a sí mismos como
Armando Rosselot Cuevas, uno de los más importantes escritores chilenos contemporáneos de ciencia-ficción y fantasía, presentando su libro Te llamarás Konnalef, de la editorial Forja. Foto: biosdelosblogsh.blogspot.com.es. Este autor, como muchos compatriotas de su generación y grupos literarios (I.C. Tirapegui, Michel Deb o Carlos Páez) se denominan a sí mismos «ñoños».

Ñoño, al significar “anciano” y “persona sabia de mucha edad” en primer lugar, acabó aplicándose en tono más o menos ridiculizante a todo aquel que se comportara como un viejo con muchos conocimientos aunque no tuviera esa edad. Alguien que es viejo antes de tiempo, alguien que chochea ya independientemente de su edad, que acumula muchos conocimientos pero ya no es capaz de integrarse en la sociedad porque se le ha ido la cabeza.

Es por eso por lo que en muchas zonas de Hispanoamérica ñoño se aplica a toda persona estudiosa, que sabe mucho, tiene muchos conocimientos o tiene mucha cultura (como un viejo o como un viejo profesor). Ésa es la asociación principal de significados.

Es decir, ñoño vendría a ser prácticamente un calco del significado de nerd, que veremos más adelante: “persona estudiosa con incapacidad social”. En Hispanoamérica se utiliza, sobre todo, para referirse a los estudiantes a los que les gusta tanto estudiar y están tan obsesionados con el conocimiento y los estudios, que acaban distanciándose de los aspectos sociales (se aíslan de la sociedad o no les gusta la sociedad). En España disponemos del término coloquial “empollón” para referirnos a este estereotipo.

Posteriormente, por convergencia de significados, se añadiría a ese sustrato, el más conocido de “persona sensible”, “llorón”.

Me veo en la obligación de reseñar varias cuestiones.

1) Ñoño (en el uso coloquial que hemos definido) y friki (“obsesionado con una afición”) no son exactamente sinónimos. Ñoño es un término menos genérico que friki. Friki puede englobar a ñoño, pero no al revés.

2) El ñoño está obsesionado con el conocimiento per se. Un friki es un obseso de una afición, sea ésta la que sea. Un ñoño sabe más en general, mientras que el friki sólo sabe de su área, pero en esa área sabe mucho más que el ñoño.

3) Ñoño tiene el matiz añadido posterior (que no original) de “persona sensible, apocada, llorón”, que la palabra friki no incluye necesariamente. Es decir, un ñoño sería una persona con muchas menos aptitudes sociales que un friki genérico.

4) La palabra coloquial “ñoño” está asociada al estudio, al conocimiento, a ser el mejor en clase. La palabra friki, no.

5) Tras ver todo esto, lo cierto es que utilizar la palabra ñoño para referirse a alguien que le gusten cosas como Star Wars o los juegos de rol, es bastante inapropiado. Pero también es cierto que en Hispanoamérica se ha acabado produciendo esa asociación aun siendo incorrecta etimológica y semánticamente hablando.

Algo similar ha sucedido en inglés con los términos nerd y geek, que han terminado confundiéndose aunque tengan significados y orígenes etimológicos muy diferentes. De los dos términos, la palabra friki es la más cercana a geek, mientras que ñoño es la más cercana a nerd. Dado el historial de la palabra ñoño y a otras muchas cuestiones como que en español europeo se dispone del término “empollón” o “sabelotodo” como más cercano a nerd, la palabra ñoño no se ha impuesto a friki en las redes sociales. No al menos en las de España, donde es prácticamente desconocido.

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7.2. En japonés (otaku).

En principio no era mi intención entrar en términos de origen no germánico que se hubieran introducido en castellano para referirse a lo que entendemos como friki, pero dado que existe cierta confusión entre esta palabra y su contrapartida en japonés, me he decidido a realizar un breve esbozo.

Seguramente hayáis oído o leído en alguna ocasión la palabra otaku para referirse a un friki, especialmente en el ámbito del manga, el anime y la cultura pop japonesa contemporánea.

Otaku japonés caminando por las calles del barrio tokiota de Akihabara, considerado como
Otaku japonés caminando por las calles del barrio tokiota de Akihabara, considerado como «la meca del manga y el anime», con su «mercancía». Foto: JapanToday (abril de 2014). El otaku es la encaranción visible de la obsesión por la cultura pop japonesa. La afición por lo japonés, especialmente el manga y el anime ha traspado sus fronteras hasta el punto en que se encuentran otaku en prácticamente todos los países del mundo.

Hay personas, pocas pero las hay que interpretan que otaku es exactamente lo mismo que friki y utilizan esta palabra en todo momento y ocasión en lugar del este último, incluso en castellano, independientemente de la temática de una afición. Hay quien cree que un otaku es sólo un fan del manga, el anime y la cultura contemporánea japonesa… y es cierto, pero sólo si se utiliza la palabra desde el castellano.

La confusión deviene de que es cierto que en japonés otaku es lo mismo que friki, exactamente lo mismo: un obsesionado con una afición, sea la que sea. Pero no se debe de emplear de esta manera en castellano (más que nada, porque ni tan siquiera está hispanizada).

Antes de elaborar, procederé a describir los orígenes y significados de la palabra.

Otaku proviene del término japonés para referirse a la casa de otra persona o de otra familia (お宅, otaku). Esta palabra, en su uso correcto o estándar se utiliza metafóricamente como pronombre honorífico de la segunda persona. Equivaldría a nuestro “vos” medieval (no el “vos” que se emplea en países como Argentina o Uruguay). Este término pasó a tener un significado peyorativo en la jerga de la cultura pop de los años ochenta en Japón.

La mayoría de otaku cree que el término proviene de la obra del ensayista y humorista Akio Nakamori titulada Una investigación del Otaku (1983). En japonés se escribiría『おたく』の研究, romanizado como «Otaku» no Kenkyū. Esta obra se publicó en la revista lolicon Manga Burikko y se aplicó como caricatura o mofa de los fans más excéntricos del mundo del manga.

Otros estudiosos del fenómeno relegan el origen de la palabra otaku a un momento anterior. Los creadores de anime  (dibujos animados de estilo japonés) Haruhiko Mikimoto y Shōji Kawamori aseguran haber utilizado ese honorífico de forma humorística para referirse el uno al otro a finales de los años setenta. Motoko Arai, la autora de ciencia-ficción asegura también haber creado el término y que sus seguidores acabaron adoptándolo.

El término otaku se popularizó antes en inglés que en castellano, ya que este idioma estuvo más expuesto a la influencia nipona. La primera obra en dar a conocer el término de manera masiva en inglés fue el anime Gunbuster en 1988, publicada oficialmente en inglés en 1990: muchos de sus seguidores en lengua inglesa adoptaron el término otaku por primera vez en gran número fuera de Japón.

El tono peyorativo del término otaku reside en que dado que es un honorífico que denota muchísimo respeto, no se debe emplear en según qué contextos, ni a la ligera. Como espero que el lector entienda, emplear un “vos” medieval para dirigirse a un amigo del colegio no es lo más apropiado. Imaginaos a un «compi» del «cole» que os dice: «¿vos podríais devolverme aquesa pelota que embarcado se me ha en el alero de allende?» Como mínimo, pensaríais que el chaval no sabe emplear el registro lingüístico adecuado a la ocasión, que está desnortado o «anda mal del tejado», ¿no? En japonés, el que alguien emplee el término otaku para designar a un compañero, amigo muy cercano o alguien que comparte una afición es considerado una falta de respeto, amén de una imbecilidad que denota que el que la usa no tiene modales… alguien que no está versado en las normas sociales, un marginado o inepto social.

Así es la cultura japonesa: en Occidente, para insultar a alguien empleamos insultos muchísimo más directos como gilipollas, retrasado, mongolo, ñoño… en Japón emplean un insulto como otaku con una raíz y matices sutilísimos.

El término otaku, a pesar de no constituir un insulto en su raíz etimológica directa es mucho, mucho, mucho más ofensivo que sus contrapartidas nerd, geek o friki.

El motivo es que otaku constituye un insulto no tanto por significado como por la descripción de la actitud y conducta de la persona descrita. En la palabra otaku el problema reside en la conducta, no en la obsesión por una afición. Es, una vez más, una cuestión cultural. Es decir, en Japón no asusta o incomoda tanto que haya aficionados al hentai (literalmente “deseos o actos sexuales extraños”, aunque suele designar ante todo el porno en dibujos animados), el lolicon (término general que designa la atracción por chicas jóvenes o prepubescentes), el yaoi (temática de romance entre varones) o el guro («gore»)… incomodan más las actitudes y conductas antisociales que conllevan la obsesión con esas aficiones. No como en Occidente, donde las aficiones incomodan en sí mismas a la cultura mainstream.

No obstante lo dicho, la percepción tanto del término como de la subcultura está cambiando a pasos agigantados. Incluso el entonces primer ministro de Japón Taro Aso ya se autocalificó como otaku en 2008. El término, tras una serie de incidentes escabrosos que dieron a conocer la palabra entre el público japonés como el caso de los asesinatos perpetrados por Tsutomu Miyazaki, más conocido como el “asesino otaku”, de 1989, ha experimentado una aceptación social similar a la palabra friki en español.

Centrándonos en el tema que nos ha traído aquí, el término otaku en japonés, en sentido coloquial, designa exactamente lo mismo que friki en español: un obseso con un tema o afición concretos. Es más, en Japón, para traducir nerd o geek, emplean la palabra otaku.

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Chicas otaku haciendo cosplay en el FanimeCon (convención de anime) de California. Una de las cuestiones más importantes de la aparición del fenómeno otaku es que ha introducido a la mujer masivamente en el mundo de las aficiones frikis, hasta el punto en que en la actualidad existen subgrupos dentro del mundo otaku donde las mujeres son mayoría aplastante como, por ejemplo, las yaoi fangirls del subgénero de manga y anime yaoi.
Chicas otaku haciendo cosplay en el FanimeCon (convención de anime) 2014 de California. Foto: Otaku Buzz. Una de las cuestiones más importantes de la aparición del fenómeno otaku es que ha introducido a la mujer de manera masiva en el mundo de las aficiones frikis, hasta el punto en que en la actualidad existen subgrupos dentro del mundo otaku donde las mujeres son mayoría aplastante como, por ejemplo, las yaoi fangirls del subgénero de manga y anime yaoi.

Voy a intentar aclararlo con una serie de ejemplos:

En japonés sí es tan correcto decir esto:

Es un otaku del manga y el anime.

…como esto:

Es un otaku del rol y el cine de terror.

En castellano esto sí es correcto:

Es un otaku del manga y el anime.

Pero esto NO:

Es un otaku del rol y el cine de terror.

Hay que decir esto:

Es un friki del rol y el cine del terror.

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Resumiendo: otaku se puede traducir en castellano, directamente por friki. Pero en castellano, la palabra otaku sólo debe designar como obseso de una afición a aquellos aficionados al manga, el anime y la cultura pop japonesa contemporánea (por ejemplo, el cosplay, o las teleseries de samuráis).

En castellano NO es correcto decir de alguien que es un otaku si sus aficiones se salen de ese ámbito. Alguien que juega al rol, a los videojuegos (no japoneses), el modelismo o la literatura fantástica, NO es un otaku: es un friki.

Punto y final de la cuestión.

Lo cierto es que todo lo que rodea a los otaku es un mundo en sí mismo, con multitud de subculturas, aficiones, términos propios (la mayoría del japonés coloquial), estereotipos e influencia en la cultura y el arte, la historia audiovisual, nuevas tecnologías y medios de comunicación, etc. Todo ello apasionante, pero no es el tema de este ensayo, que es la delimitación lingüística y acotamientos de significados de la palabra friki y términos relacionados. Así que lo dejaremos aquí y continuamos con otros términos.

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7.3. En inglés.

Si existen otros términos íntimamente asociados a la palabra friki, son aquellos otros anglicismos que denotan una especialización del término castellano.

Nos estamos refiriendo a palabras como nerd, geek, dweeb y dork.

Esto es, lo que nosotros en español entendemos por friki es un término genérico que engloba a todas esas palabras en inglés. Estas palabras son especializaciones con definiciones mucho más concretas que la palabra friki. Recordemos que en lengua inglesa, el término freak o freaky puede utilizarse para definir a un obseso con una afición, pero que ése es un significado muy minoritario en ese idioma. Por ejemplo, para designar a una persona muy aficionada a los ordenadores no se le suele llamar en inglés computer freak, sino computer geek.

¿Y qué importancia tiene esto, si en castellano ya tenemos un término que engloba a todos esos términos en inglés?

A que, precisamente por influencia del inglés, cada vez se emplean más en nuestra lengua. Principalmente porque:

A) Muchos hispanohablantes consideran estos términos como más especializados, más correctos o más adecuados en determinados contextos. Estas personas creen que la palabra friki del español es demasiado genérica o se abusa mucho de ella en medios de comunicación y el habla cotidiana, haciéndola cada vez más en exceso inclusiva, convirtiéndola en una “palabra comodín”.

B) Muchos hispanohablantes consideran la palabra friki como despectiva.

Lo que muchos de esos hispanohablantes no saben es que esos términos también tienen connotaciones despectivas en inglés, con lo cual no aciertan al creer que, usándolas, se están librando de esas connotaciones.

Ya vimos las diferencias entre friki, buff y fan, ésta última como el adjetivo más utilizado (y que también proviene del inglés) en español como sinónimo de friki en el apartado 3.1. No las vamos a repetir pero para ilustrar el hecho de que ambos términos (friki y fan) están muy interrelacionados, recordaremos que al conjunto de frikis no se le denomina “frikería” o términos que deberían tener una evolución y aplicación lingüística normal en castellano a partir de la raíz “friki”, sino que se utiliza el término tomado directamente del inglés fandom.

Nótese que en inglés existe una buena cantidad de palabras que, en un momento u otro, podrían traducirse o interpretarse como “friki”, pero que son de uso muy limitado… y en español (que es lo que nos interesa estudiar en este ensayo) apenas han tenido repercusión. Algunas de esas palabras (en negrita las más comunes como sinónimos) son: grind, swot, loser, jerk, lame, fag, tool, douche, goober, doofus, moron, retard, spaz, sucker, weirdo, anorak, wonk, sap, nincompoop, ninny, nitwit, simpleton, sofhead, square, toomfool, dip, schmuck, gander, wimp, wally, twit, putz…

La inmensa mayoría de estas palabras son insultos o términos con un fortísimo tono peyorativo en inglés. La mayoría son también palabras no estandarizadas, esto es, pertenecen a jergas o slangs, incluso dialectos, no al lenguaje culto inglés. La mayoría de estas palabras incluyen, además, un matiz que no está necesariamente implícito en el significado formal de friki en español: un mayor o menor grado de ineptitud social.

Pasaremos a tratar el significado y evolución de los términos similares en inglés con más impacto en castellano porque aunque no pertenezcan directamente al tema del ensayo (la palabra friki en sí), un estudio serio no puede pasar por alto el tratarlos, ya que se les utiliza ampliamente en el habla coloquial actual de aquellos que conocen el inglés pero hablan principalmente el español como lengua materna, como términos o palabras muy relacionadas cuando no sinónimos en el caso de algunos de ellos.

Ninguno de los términos de los que vamos a hablar se encuentran registrados en el DRAE a fecha de septiembre de 2015, castellanizados o no.

Empecemos con los menos habituales (dork y dweeb) y continuaremos con los dos más importantes, utilizados y conocidos: nerd y geek.

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7.3.1. Dork.

La palabra dork (pronunciada \ˈdȯrk\) aparece en los años sesenta en EE.UU. como una evolución o amalgama fonética de las palabras dirk («puñal») y dick.

Dick puede significar muchísimas cosas, es una palabra comodín, pero en la etimología de dork viene a significar, como en dickhead: “una persona -especialmente un varón- irritante, estúpida o ridícula”. En castellano peninsular, dick suele traducirse como «capullo» o «cretino» cuando se refiere a una persona.

Con dork se designa, según el diccionario Oxford, dos cosas:

1. informal A contemptible, socially inept person.
Example sentences
• They were a group made up mostly of men who were all nerds and geeks and dorks in high school who went on to become brilliant and funny and irresistible in college.
• Most of the editors will readily admit to being any of the following: dorks, nerds, or geeks.
• From dorks to geeks, and everything between, beer has something for everyone.
2. North American vulgar slang A man’s penis.

Es decir, dork puede hacer referencia al miembro viril masculino (en lenguaje coloquial vulgar del inglés estadounidense), “la polla” o “la verga”, y a lo que más nos interesa: “una persona despreciable, socialmente inepta”.

Afinando más la puntería, el significado de dork en el diccionario urbano de sinónimos (especializado en significados propios de jergas y sociolectos actuales de ámbito moderno y urbano), se expande más:

Someone who has odd interests, and is often silly at times. A dork is also someone who can be themselves and not care what anyone thinks.

Es decir, a dork, que comenzó siendo un término general coloquial del inglés estadounidense para designar a una persona socialmente inepta hasta el punto de ser despreciable, se le ha añadido con el paso del tiempo: “alguien que tiene intereses extraños y que a menudo se comporta de manera estúpida debido a ellos” y también puede ser “alguien a quien no le importa ser él mismo independientemente de lo que piensen los demás”.

Nótese un detalle muy importante: en las frases que incluye el diccionario Oxford como ejemplos, se incluye a los dorks siempre junto a nerds y geeks, como formando una tríada. Significativo, ¿verdad? Eso para que podáis comprobar cuán asociados están los tres términos.

También hay que hacer notar lo que es una característica o matiz mucho más importante en casi todos los términos en inglés que engloba nuestra palabra friki y que ésta no contiene necesariamente en su definición formal: la ineptitud social. El dork destaca más por rarezas muy marcadas que por su habilidad intelectual e incluso que su ineptitud social. El dork es más “raro” que listo o incapaz socialmente.

¿Cómo podría traducirse al español la palabra dork? En términos formales, se podría traducir en castellano español como “atontado, cretino, idiota, ganso” (en el sentido de alguien “que hace el ganso”). En español de Hispanoamérica podría traducirse también como “menso”, “gil” o “boludo”. Tiene, además, las connotaciones de “aburrido”, “fuera de moda (o de onda)”, “pesado”… en referencia al hecho de que los dorks están obsesionados con cosas que no son del interés general, no son gente cool (guay). También es un término asociado a la gente que es estudiosa… pero estudiosa y conocedora de un elemento técnico.

Es extremadamente raro que se aplique a mujeres (en inglés), ya que es un término asociado en su origen al pene.

En lenguaje menos formal, dork podría traducirse en castellano europeo de manera prácticamente literal como “tontopollas” y se podría emplear en expresiones referidas a las aficiones frikis como en este ejemplo:

Ya está aquí el friki de los cómics./
Ya está aquí el tontopollas (o simplemente, “el tonto”) de los cómics.

No es un término para usar a la ligera, sólo se emplea con tono positivo entre amigos y conocidos. Es más ofensivo que nerd o geek, aunque eso está cambiando con el tiempo y el uso, como en casi todos estos términos (en español tenemos un ejemplo similar en la palabra “cabrón”, que empezó siendo un insulto y hoy en día puede tener connotaciones positivas, especialmente entre conocidos, como en “¡Cuánto tiempo sin verte, cabrón! ¡Dame un abrazo!”).

Sidin “Sunny” Vadukut, el autor indio de la trilogía de novelas Dork. Foto: diario The Hindu. Este escritor, cansado de su vida como asesor técnico de empresas de telecomunicaciones, abandonó su carrera para convertirse en novelista. En sus obras aparece la figura del dork, un experto en informática, como sufrido protagonista de todo tipo de anécdotas... como las que le sucedieron a Vadukut en la vida real.
Sidin Sunny Vadukut, el autor indio de la trilogía de novelas Dork. Foto: diario The Hindu. Este escritor, cansado de su vida como asesor técnico de empresas de telecomunicaciones, abandonó su carrera para convertirse en novelista. En sus obras aparece la figura del dork, un experto en informática, como sufrido protagonista de todo tipo de anécdotas… como las que le sucedieron a Vadukut en la vida real.

De entre dork, dweeb, geek y nerd, la palabra dork es quizás la que tiene (o sigue teniendo) más connotaciones negativas, ya que se emplea sobre todo como insulto. En español se emplea poco, pero cuando se utiliza en el entorno del mundillo friki es para referirse a algo que ya hemos visto que significa muy coloquialmente en inglés: “alguien que tiene intereses extraños y que a menudo se comporta de manera estúpida debido a ellos” o “alguien a quien no le importa ser él mismo independientemente de lo que piensen los demás”. La inmensa mayoría de hispanohablantes que lo utilizan lo hacen a la ligera, sin conocer sus connotaciones peyorativas que, a día de hoy, siguen siendo mayoritarias en inglés aunque eso está evolucionando (como ya le sucedió a la palabra freak y nuestro posterior friki).

En cuanto al contexto y el estereotipo habitual, diremos que dork no tiene un ámbito definido, pero la palabra se encuentra, cuando se usa en inglés, principalmente en referencia a personas del mundo de la informática, los ordenadores y las telecomunicaciones en general. En ese aspecto es muy parecido a geek, sólo que tiene un tono más peyorativo aún.

La palabra dork no ha tenido una gran influencia en la cultura o el arte actuales.

Una de las referencias más claras (si no la que más) del uso de esta palabra en el mundo del arte y la cultura es la trilogía Dork, del autor, escritor y bloguero indio (de la India) Sidin Sunny Vadukut.

Dork: The Incredible Adventures of Robin ‘Einstein’ Varghese (2010).
God Save the Dork (2011).
Who let the Dork Out (2012).

En sus tres novelas (la más famosa es la primera, en la que debutó como escritor), Sidin refleja de forma muy ácida y satírica el mundo de las asesorías de gestión, principalmente las relacionadas con las telecomunicaciones, el marketing y la atención al cliente, en las que tuvo que trabajar tras licenciarse en Ingeniería.

Como notas curiosas, señalaré que el mismo Sidin es la viva imagen de un dork (o un geek, según se mire) indio: experto en nuevas tecnologías e informática, culto, inteligente, habla inglés, con gafas, repeinado, le gusta el críquet… y es friki a morir. En una ocasión participó en el concurso de preguntas de la BBC Mastermind. El tema que escogió fue increíblemente específico: el champán.

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7.3.2. Dweeb.

Dweeb es quizás el término inglés más desconocido en español de entre los más relacionados con la palabra friki. Tan escaso es su uso en español que yo no lo conocía en relación con friki más que por una serie de televisión estadounidense de la que hablaremos ahora. Lo incluyo más por completar el cuadro de sinónimos que por otra cosa.

Una vez más, la palabra dweeb, pronunciada /dwiːb/, procede del lenguaje coloquial del inglés estadounidense, y nació como insulto.

Aparece en la década de los ochenta como una amalgama de dwarf (“enano”) y feeble (“débil, enfermizo”), esta última referente a la expresión feeble-minded person («débil mental»).

El diccionario Oxford da los siguientes significados:

dweeb, n. N. Amer. slang.
(dwiːb)
[Prob. f. dw- (arbitrarily, or as in dwarf n.) + feeb n.; cf. weed n.]
A person held in contempt, esp. one ridiculed as studious, puny, or unfashionable; a fool. Cf. nerd n.
Es decir, “Una persona a la que se desprecia, especialmente aquella que es estudiosa, enclenque o que no va a la moda; un tonto”.
La palabra ya aparece en 1982, pero es en 1985 cuando consta su uso en el New York Times Magazine como sinónimo de “mejor alumno de la clase”, “pringado pre-profesional”… y lo equipara a la palabra nerd.
El diccionario American Heritage 5ª edidicón de 2011, que trata también sobre términos coloquiales, le confiere, además, este significado más explícito:
n. Slang
A person regarded as socially inept or foolish, often on account of being overly studious.

“Una persona a la que se tiene como socialmente inepta o estúpida, a menudo por ser excesivamente estudiosa”.

El Random House Kernerman Webster’s College Dictionary ya lo cita directamente como sinónimo de nerd.

Como se puede observar, una vez más, nació como insulto. Menos peyorativo que dork, pero únicamente porque dork es un insulto vulgar con todas las de la ley. Dweeb no es un término muy popular entre los que se consideran frikis en la hispanoesfera.

En español vendría a significar “bobo”, “memo”. También tiene las connotaciones de “cerebrito”, “petardo” o “pringao”. También podría emplearse “empollón” y con mucha más razón en este caso que en nerd, porque nótese que el dweeb es una persona estudiosa pero no tiene talento, no es un superdotado, sino que estudia mucho, le dedica mucho esfuerzo. No es un “empollón innato”. Si existe una palabra similar en castellano es el término argentino “traga”, que es una expresión coloquial en el dialecto platense que viene a significar que es una persona estudiosa porque “traga o devora mucho” (se sobreentiende: “libros”).

Lo que os tiene que quedar claro es que es un sinónimo con tono más peyorativo de nerd, que veremos a continuación. Al dweeb le falta esa saludable dosis de entusiasmo en su campo que pueda hacerle alcanzar el éxito. Un nerd o un geek pueden convertirse en triunfadores en la vida gracias a sus conocimientos. El dweeb suele ser o un pesimista o “estar quemado”.

Las connotaciones más interesantes que tenemos que tener en cuenta es que dweeb se centra en la capacidad de esfuerzo en áreas concretas como el estudio, no necesariamente en ser una persona con grandes conocimientos ni tener un interés destacable en algún hobby. Ésa es una de las razones por las cuales no sería aplicable como sinónimo de nuestra palabra friki. Yo desaconsejaría su uso encarecidamente.

La palabra dweeb, como dork, tampoco ha tenido una gran influencia en la cultura o el arte actuales, a diferencia de los términos nerd y geek. Vamos a ver unos ejemplos.

Hubo unos dulces en la década de los noventa, producidos por Nestlé llamados dweebs, que formaban parte de una edición dedicada a reflejar en las chucherías los términos nerd, geek, etc. (sí, hay técnicos de marketing y publicistas capaces de caer tan bajo). No tuvieron mucho éxito.

Una serie estadounidense titulada Rude Dog & The Dweebs, que debutó en 1989 en la CBS y que duró… una temporada. Reflejaba las aventuras de un perro antropomorfizado (Rude Dog) y sus compañeros caninos (los dweebs). La serie se caracterizaba por intentar captar la estética juvenil ska, sumándole colores chillones y luces de neón a la apariencia de los personajes, especialmente Rude Dog. Nunca la conocí, pero los que la han visto (yo sólo conozco el opening), la consideran lo peor de lo peor de lo peor en términos de animación. Fue uno de esos fracasos televisivos en los que se intenta conectar con un segmento concreto de la juventud y lo que se consiguió fue que este segmento se enfadara al verse retratado de una manera tan vil y rastrera.

También hubo una banda indie británica llamada [dweeb], que actuó entre los años 2003 y 2011. Su género era el rock alternativo. Existe otra banda, llamada The Dweebs, de Wisconsin, EE.UU., que es una de esas “bandas itinerantes de fiestas”, que tocan en verbenas y ferias locales.

Anuncio promocional de la serie estadounidense Dweebs (1995), de la CBS. Esta serie no tuvo éxito en su momento, pero hoy en día mantiene numerosos fans, que se sienten muy identificados con unos personajes muy conocedores de la tecnología pero muy torpes en lo social. Pero, como muchos de esos mismos fans admiten, uno de los motivos principales de que la serie no tuviera éxito fue... el título. El término dweeb es tan peyorativo que era muy difícil declararse fan de la serie en la época en que se retransmitió. En líneas generales, los frikis anglosajones prefieren los términos geek o nerd para describirse, que si bien tienen algunas connotaciones negativas, no tienen tantas como dweeb o dork.
Anuncio promocional de la serie estadounidense Dweebs (1995), de la CBS. Esta serie no tuvo éxito en su momento, pero hoy en día mantiene numerosos fans, que se sienten muy identificados con unos personajes muy conocedores de la tecnología pero muy torpes en lo social. Como muchos de esos mismos fans admiten, uno de los motivos principales de que la serie no tuviera éxito fue… el título. El término dweeb es tan peyorativo que era muy difícil declararse fan de la serie o asociarse con ella en la época en que se retransmitió. En líneas generales, los frikis anglosajones prefieren los términos geek o nerd para describirse, que si bien tienen algunas connotaciones negativas, no tienen tantas como dweeb o dork.

Y, por último, se podría decir que la mayor influencia de la palabra dweeb en el mundo del arte se puede casi circunscribir a la serie televisiva Dweebs, que se emitió en la CBS estadounidense durante el año 1995. De diez capítulos sólo se emitieron siete. No tuvo éxito en absoluto. Sin embargo, a este show se le considera como una joya oculta entre el mundo de los frikis en los EE.UU., algo así como una serie de culto pero para un público muy, muy especializado (los nerds), que se sienten muy identificados con los personajes de la serie. El show tiene como protagonista a la actriz Farrah Forke, que interpreta a Carey, una mujer a la que se le encarga ser directora de oficina de una empresa de software muy exitosa llamada Cyberbyte, cuyo dueño es el otro protagonista, Warren Mosbey, interpretado por Peter Scolari. Warren y sus otros empleados son los estereotípicos nerds, que en la serie llaman dweebs, personas muy inteligentes y con enormes conocimientos en las nuevas tecnologías, pero que son absolutamente ineptos en términos sociales, lo que contrasta con Carey que, para colmo, es una mujer, algo con lo que los dweebs no están acostumbrados a tratar. De la interacción entre los personajes surge una gran cantidad de anécdotas humorísticas.

Si he tratado la serie es para que podáis ubicaros a la hora de identificar los diferentes términos… y podáis visualizar los diferentes estereotipos culturales. Como podréis haber comprobado, el término dweeb es, como dork, una palabra que se usa prácticamente de manera intercambiable entre ellas y con nerd y geek, aunque está más próxima en significado a nerd.

Para que os hagáis una idea, y os vayáis acostumbrando, las diferencias entre todos esos términos las hacemos los que nos consideramos frikis… fuera de nuestro ámbito, todos les suenan parecidos o prácticamente iguales a los demás. Somos nosotros los que, como buenos frikis, realizamos puntillosas y académicas disertaciones sobre las sutiles diferencias entre términos. Para la gente que nos ve desde fuera, se limitan a decir “tú eres un friki y punto”… o a inventarse un nuevo insulto que, más tarde o más temprano, acabará siendo analizado al milímetro y reapropiado por nosotros, despojándolo de sentido peyorativo.

Antes de continuar con los demás términos, quiero señalar algo: si dork y dweeb no se han popularizado más es, entre otras cosas, porque no han tenido una gran incidencia o una incidencia exitosa en el mundo del arte y la cultura en general como les ha sucedido a nerd y geek. Como hemos podido ver, los términos dork y dweeb no han tenido un tratamiento amplio ni aquellos tratamientos que han recibido en la literatura, el cine, la televisión o la música han sido muy exitosos que digamos.

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7.3.3. Geek.

Adam Savage (1967), es un diseñador industrial y experto en efectos especiales, aunque es más conocido en su faceta como divulgador científico y miembro del movimiento escéptico a través de los populares programas televisivos que presenta: MythBusters y Unchained Reaction. Se define a sí mismo como geek y la razón que aduce para hacerlo en lugar de definirse como nerd es que este último término describe a personas con incapacidad para relacionarse socialmente, especialmente en el ámbito romántico (él está casado y tiene dos hijos). Esta misma gran diferencia es la que remarcan muchas otras personalidades mediáticas que utilizan las palabras geek o nerd para describirse.
Adam Savage (1967), es un diseñador industrial y experto en efectos especiales, aunque es más conocido en su faceta como divulgador científico y miembro del movimiento escéptico a través de los populares programas televisivos que presenta: MythBusters y Unchained Reaction. Se define a sí mismo como geek y la razón que aduce para hacerlo en lugar de definirse como nerd es que este último término describe a personas con incapacidad para relacionarse socialmente, especialmente en el ámbito romántico (él está casado y tiene dos hijos). Esta misma gran diferencia es la que remarcan muchas otras personalidades mediáticas que utilizan las palabras geek o nerd para describirse. Foto: Getty Images para la CNN.

Si hay un término anglosajón similar a la palabra friki tal y como la utilizamos en español, ése es geek. Porque significa prácticamente lo mismo: designa a alguien obsesionado con una afición, sea ésta la que sea, aunque se tiende a sobreentender que es una afición de índole técnica o intelectual.

Empecemos por el principio. ¿De dónde procede la palabra geek?

Pues en contra de lo que pueda parecer, no es de origen inglés, sino germánico. Proviene de la palabra del bajo alemán medio geck, que se podría traducir como “tonto, bobo, estúpido”… o “monstruo, bicho, capricho o fenómeno de la naturaleza”. Oh, sí, las palabras geek y freak están íntimamente relacionadas. Las dos llegaron a significar en tiempos muy antiguos lo mismo.

La palabra geek ya aparece en 1515 en inglés, en las Egloges de Barclay en la siguiente frase, en una enumeración poética de varios sinónimos de “tonto”:

He is a foole, a sotte, and a geke also Which choseth.. the worst [way] and most of ieoperdie.

Ya desde sus primeros inicios, la palabra era (una vez más) un insulto.

Desde esta acepción de “tonto genérico”, muy pronto pasó a designar a los bufones, muy especialmente a los bufones de carnaval y “alguien de quien reírse o hacer burla”. Todavía hoy, en alemán moderno, la palabra geck designa al que es tonto o presuntuoso y al bufón tradicional, sobre todo a los bufones de las ferias y carnavales de la zona del Rhin. Por ejemplo, la palabra alemana Gickeleshut, que incluye la raíz geck, es el sombrero del bufón que se utiliza en Carnaval.

Ya en el siglo XVIII, con Gecken se designaba en el alemán del imperio Austro-Húngaro a los que posteriormente se llamarían en inglés freaks de circo. Pero con una particularidad: no eran freaks de índole física, sino sólo por su conducta.

En el siglo XIX existieron en los circos y espectáculos ambulantes de Estados Unidos, un tipo de show que se llamó geek show. Muy parecidos a los freak shows que vimos anteriormente, pero con la diferencia de que no se exhibían horrores ni malformaciones naturales, sino conductas extravagantes y chocantes. En el espectáculo aparecían personas que realizaban actuaciones chocantes y horribles en sí mismas, tales como arrancar la cabeza de un pollo de un mordisco (fue el espectáculo más típico y se repetiría posteriormente en los conciertos de rock de la freak scene de los sesenta y setenta), resistir explosiones (“bombas humanas”), aguantar que se les insultara (por parte del público, incluso), comer insectos vivos, etc.

Y de ahí, la palabra geek pasó al lenguaje popular a describir a una persona rara y extraña pero no por su físico, sino por su comportamiento.

Una de las primeras veces si no la primera en que la palabra geek aparece con este significado pero referido a los amantes de las ciencias, las matemáticas y los ordenadores, fue en el relato corto del autor de ciencia-ficción Robert A. Heinlein de 1952 The Year of the Jackpot.

La palabra geek, pronunciada /giːk/, ha tenido algunos significados más pero, a diferencia del término nerd, que veremos más adelante, ha tenido un conjunto de significados bastante limitados y fijos, ya que como es una palabra con un uso muy específico desde hace siglos, no ha sufrido tantísimas desviaciones como una palabra que se inventó reciente y deliberadamente de la nada, como le sucedió a nerd.

El diccionario Oxford da los siguientes significados para geek:

Como sustantivo:

a. slang (chiefly U.S.). a. orig. Eng. regional (north.). A person, a fellow, esp. one who is regarded as foolish, offensive, worthless, etc.
b. Freq. depreciative. An overly diligent, unsociable student; any unsociable person obsessively devoted to a particular pursuit (usually specified in a preceding attrib. noun). Cf. nerd n.
c. spec. A person who is extremely devoted to and knowledgeable about computers or related technology.
In this sense, esp. when as a self-designation, not necessarily depreciative.

Como verbo:

1. intr., and trans. with it. To give up, to back down; to lose one’s nerve. Also with out.
2. intr. To work as a geek in a circus or carnival (geek n. 2). Also trans. (of a geek): to bite the head off (an animal) during a performance.
3. trans. With up. To excite or stimulate (a person); to make (a person) nervous or jittery. Cf. geeked adj.
4. intr. With out. To behave like a geek; esp. (in Computing) to engage (esp. temporarily and inappropriately) in technical discussions, perform a technically complicated task, etc. Cf. geeked adj. 2.

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Es decir, como verbo puede significar “abandonar”, “enervar”, “perder (o hacer perder) los nervios”; “actuar como geek de circo”; “arrancar la cabeza de un pollo de un mordisco” (fijaos si está asociado el término a un uso concreto); “poner nervioso a alguien hasta el punto de hacerle reír”; “comportarse como un geek”, en el sentido de comportarse como un friki, especialmente en cuestiones técnicas y tecnológicas. Ese último significado sólo se conoce desde finales de los años setenta.

Como se puede comprobar, la evolución del término geek está muy clara y muy bien definida, al contrario que nerd.

Como sustantivo puede designar a una persona que se comporta de manera muy tonta, hasta el punto de llegar a ofender; a alguien devoto de las nuevas tecnologías, especialmente del mundo de la informática y los ordenadores… y el significado que más nos interesa:

“Una persona extremadamente diligente, un estudiante no sociable; cualquier persona no sociable extremadamente obsesionada con un tema específico”. Obsérvese que se cita como sinónimo de nerd.

No hubo un momento específico de popularización del término, al contrario que con otros sinónimos en inglés de friki, porque siempre ha sido una palabra de uso común consolidado. Es en la actualidad (desde finales de los setenta), que ha ido cambiando su significado en el lenguaje popular (que no formal) para acomodarse y acercarse a los otros sinónimos.

¿Qué nos interesa saber sobre geek? ¿Qué diferencias tiene con otros términos similares?

Infografía en inglés que muestra las diferencias entre los términos geek y nerd. Fuente: www.infographicality.com
Infografía en inglés que muestra las diferencias entre los términos geek y nerd. Fuente: http://www.infographicality.com

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Es cierto que geek y nerd son utilizados de manera indistinta por muchas personas. Pero ese uso es incorrecto: no significan lo mismo.

La gran similitud entre todos los términos es que designan a alguien obsesionado con algo de una manera desmesurada.

La gran diferencia (y haré hincapié en ello varias veces a lo largo del artículo) es que geek, a diferencia de nerd, con el que se suele confundir, no tiene connotaciones de incapacidad social.

Un geek puede ser raro socialmente hablando, pero no un incapaz como el nerd.

El geek es raro por su conducta, no necesariamente por su apariencia. Un nerd sí suele tener una apariencia o aspecto que causa extrañeza (especialmente en su vestimenta).

El geek es raro a causa de su obsesión… pero no es una persona rara en general. No todo lo que hace es extraño, sólo en lo relacionado con su obsesión se comporta de manera extraña (a ojos de los que lo observan y no comparten esa obsesión). El geek, si quiere, puede ser sociable, es sólo que elige no serlo (o a veces no se da cuenta). El nerd no es sociable, lo quiera o no.

El geek puede serlo, pero no es un buen estudiante en líneas generales como el nerd. Un geek no tiene tanta cultura general como un nerd, aunque en su área preferida, el geek sabrá más que el nerd, incluso. Es decir, el geek es más especialista en su conocimiento que el nerd.

Se suele decir que el nerd es más proclive a la teoría y a pensar, mientras que el geek es más físico y tiende a centrarse en cuestiones más técnicas, tecnológicas y mecánicas, aunque eso no es un hecho general. Como poder se puede decir que existe un history geek («geek de la Historia»), pero no es lo más común. El término geek está muy íntimamente relacionado con la aparición de los ordenadores y la informática, más incluso que nerd.

También se suele decir que el nerd es un estado mental, es propio de la naturaleza de un individuo, mientras que el geek es un estado social, con una obsesión que puede (más o menos) aprenderse. Es más, una de las grandes señales que ayudan a diferenciar a un geek de un nerd es su habilidad (o no) para conseguir pareja: el geek puede atraer o causar atracción… el nerd, ni lo uno ni lo otro (en términos generales). El geek puede (y, de hecho, a menudo lo es), ser cool (guay, «popular»). El nerd es fácilmente identificable debido a su incapacidad para relacionarse socialmente.

Otra cuestión que hay que reseñar es que el geek tiene un estereotipo cultural mucho menos claro o definido que nerd. El nerd tiene asociadas unas características de aspecto más o menos uniforme (independientemente de que eso se dé en la realidad). Cuando se le menciona a alguien la palabra nerd le viene de inmediato a la mente a la imagen de un empollón con gafas, vestido de manera repipi, repeinado y con bolígrafos en el bolsillo de la camisa. El geek no tiene un estereotipo tan claro, su apariencia es mucho más variable, hasta el extremo en que las gafas no son necesariamente una marca de identidad.

Mark Elliot Zuckerberg (1984) es un programador informático y empresario emprendedor en el ámbito de internet estadounidense (judío), conocido sobre todo por ser uno de los cofundadores y actual jefe ejecutivo de la red social facebook. Se le cita a menudo en los medios como el geek más poderoso del mundo. Su fortuna se calculaba en Julio de 2015 en torno a los 38,6 mil millones de dólares. Zuckerberg es el clásico ejemplo de geek como opuesto a nerd: es una persona muy conocedora de su ámbito y sus obsesiones pero sin adolecer de habilidades sociales. El entorno social de Zuckerberg ha sido muy amplio y variado ya desde muy joven y todos los que le conocen afirman que no es para nada retraído ni tímido.
Mark Elliot Zuckerberg (1984) es un programador informático y empresario emprendedor en el ámbito de internet estadounidense (judío), conocido sobre todo por ser uno de los cofundadores y actual jefe ejecutivo de la red social facebook. Se le cita a menudo en los medios como el geek más poderoso del mundo. Su fortuna se calculaba en Julio de 2015 en torno a los 38,6 mil millones de dólares. Zuckerberg es el clásico ejemplo de geek como opuesto a nerd: es una persona muy conocedora de su ámbito y sus obsesiones pero sin adolecer de habilidades sociales. El entorno social de Zuckerberg ha sido muy amplio y variado ya desde muy joven y todos los que le conocen afirman que no es para nada retraído ni tímido. Foto: anónimo.

Por ejemplo, se suele decir en los medios de comunicación que Mark Elliot Zuckerberg, el creador de Facebook es el prototipo de geek moderno. Y él es (a fecha de septiembre de 2015) un hombre joven, sin gafas, casado, que viste de manera casual y moderna y que se codea sin problemas con mandatarios como el presidente de EE.UU. Barack Obama. Zuckerberg es algo inusual entre los geeks en el sentido en que tiene no una, sino varias áreas de especialización, la más conocida de las cuales es la programación, pero también es un gran conocedor de los clásicos griegos.

Esta similitud de conceptos (el geek es un obseso en una materia muy experto en ella pero no es un inútil en términos sociales), lo que hace que sea el término más similar a nuestra palabra en castellano friki.

Los geeks, a diferencia de los nerds no han recibido una atención tan intensa ni tan extensa en el mundo del arte ni la cultura.

Quizás de entre lo más conocido sea la serie Freaks & Geeks (1999-2000) de la NBC, una serie de culto en los EE.UU. y el mundo anglosajón por ser de las primeras en reflejar en los medios a esta especialización concreta de los nerds. Nótese que ya en el título se hace referencia a la interrelación entre los términos freak y geek, que mucha gente desconoce y que en castellano reunimos bajo la misma palabra: friki. La serie sigue las peripecias de varios estudiantes de un instituto americano, principalmente desde la perspectiva de dos grupos sociales muy definidos y diferentes: los freaks (rebeldes, buscabroncas, los malos alumnos) y los geeks (los chicos estudiosos con dificultades para relacionarse en un mundo que desprecia sus habilidades… y aficiones, como los videojuegos). En la serie, geeks y nerds aparecen juntos, aunque son fácilmente distinguibles para el ojo avizor. El protagonista Sam Weir es un geek porque no es necesariamente un antisocial (llega a echarse novia en el show) mientras que su amigo Bill Haverchuck es el nerd arquetípico, con gafas incluidas.

A diferencia de otros términos, la palabra geek (y el grupo social que define) ha sido objeto de numerosos estudios más o menos formales en varias áreas: Psicología, Sociología, Economía… Voy a citar sólo unos cuantos para no alargar en demasía el ensayo.

No es exactamente un estudio científico, pero la obra ensayística de Mark Roeder titulada Unnatural Selection: Why The Geeks Will Inherit The Earth (Selección no natural: por qué los frikis herederán la Tierra), de 2013, hace un interesante análisis del papel de los geeks en el mundo actual y cómo se desarrollarán más aún a causa del entorno cada vez más favorecedor hacia las personas con sus cualidades (intelecto más desarrollado, dominio de la tecnología, pasión por el conocimiento, dedicación al trabajo que les gusta).

Un artículo de The Economist sobre la presencia de geeks en el mundo de los negocios contemporáneos.

Aquí podéis encontrar un paper para la universidad de Copenhague (en inglés), por Lars Konzack, profesor de Ciencias de la Información, titulado Geek Culture: the 3rd Contra-Culture (La Cultura Geek: la Tercera Contracultura).

Este interesante artículo para la CNN refleja las diferencias entre geeks y nerds y las opiniones de famosos al respecto, que se consideran uno u otro… o ambos.

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7.3.4. Nerd.

Y llegamos al segundo de de los pesos pesados de los términos en inglés que actúan como sinónimos de nuestro castellanizado friki. Nerd es el término más utilizado en inglés para referirse a lo que nosotros entendemos por friki, pero NO es el más próximo en significado. Ése es geek, recordemos.

Existen muchísimas tonterías acerca del origen de esta palabra que circulan en español. Voy a aprovechar este trabajo para desmitificarlas (todo el que me conoce sabe que me encanta desmitificar).

La primera aparición documentada de la palabra nerd, escrita así, sucede en el famoso libro de literatura infantil fantástica If I Ran the Zoo (Si yo dirigiera el Zoológico, de 1950), obra del escritor y artista gráfico Theodor Seuss Geisel más conocido como Dr. Seuss. El narrador de la obra, Gerald McGrew, se queja de que los animales del zoo no son lo suficientemente fantásticos o exóticos y, si por él fuera, adquiriría algunos nuevos:

And then, just to show them, I’ll sail to Ka-Troo/And Bring Back an It-Kutch, a Preep, and a Proo,/A Nerkle, a Nerd, and a Seersucker too!

En esta primera aparición, la palabra no tenía sentido, era el nombre de una criatura fantástica que ni tan siquiera aparece descrita en la obra.

Lo cierto es que ya al año siguiente de la publicación de la obra, 1951, se tiene constancia por una noticia recogida en Newsweek de que se estaba utilizando la palabra nerd como una jerga o germanía sinónimo de drip (“persona aburrida, sin interés”) o square (“persona demasiado convencional en lo social, aburrido, cabecicubo”) en el área de Detroit, Michigan. Ya para los años sesenta, la palabra estaba totalmente difundida en los EE.UU. e incluso en otros países de lengua inglesa, como Escocia.

Como se puede observar, al principio, la palabra no tenía las connotaciones hoy tan famosas de ineptitud social y persona apegada a los libros y los estudios.

¿De dónde viene esa asociación?

Existen muchísimas leyendas urbanas posteriores pero, para evitar el caer en ellas, un buen filólogo, lo que debe hacer es investigar si hubo algo antes.

Una forma es retrotraerse fonéticamente hasta ver si es posible dar con una palabra antecesora que pueda tener ese significado que algunos consideran que es posterior.

Y existe. El diccionario online de Etimología tiene la teoría (fundamentada) de que ese significado asociado a la palabra nerd pueda provenir de un término de los años cuarenta: nert, con el significado de “loco” o “estúpido”, que a su vez es una alteración de nut (“loco, chiflado”). Existe otra teoría, con muchos menos adeptos, de que la palabra nerd pueda provenir del nombre de un muñeco llamado Mortimer Snerd, interpretado por el ventrílocuo Edgar Bergen, a finales de los años treinta y que fue muy popular en su época. El personaje de Snerd era un simplón muy amigable, muy en la línea de Goofy de la Disney, muy inocente y con una lógica muy particular. La otra gran teoría es que los niños que leyeron el término del Dr. Seuss se lo aplicaran a otras personas con el significado de “criatura cómicamente desagradable”.

Es falso que la palabra nerd apareciera posteriormente a la obra de Seuss con su significado actual a través de ningún acrónimo. Lo que sucedió es que aparecieron palabras con una ortografía o deletreo distinto, tales como nurd o gnurd desde mediados de los años sesenta y principios de los setenta y que posteriormente acabaron asociándose con la ortografía de la palabra tal y como la escribió el Dr. Seuss. La primera aparición de nurd acontece en una publicación estudiantil del Instituto Politécnico de Rensselaer en 1965. Existe una tradición oral del instituto que dice que la palabra nurd proviene de la pronunciación de la palabra drunk (“borracho, ebrio, bebido”) escrita al revés (knurd) y que ésta se utilizaba para nombrar a los estudiantes que en vez de ir de fiesta y beber, se quedaban a lo contrario: a estudiar. No existe prueba alguna de esta etimología.

La palabra gnurd podría haber aparecido también en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) también en el mismo año (1965) y con el mismo significado. Pero sólo existen testimonios personales, ningún registro.

Otro testimonio de un antiguo estudiante del MIT. Utilizaban la palabra nerd (entonces escrita como gnurd) para referirse a casos extremos de estudiantes enfrascados en el estudio; para los casos menos graves, utilizaban el término tool (“estúpido”).

El término nurd aparece también una vez más en el MIT en 1971, pero como el nombre de un personaje ficticio en un artículo de noticias satíricas.

La idea de que la palabra nerd proviene de unas siglas o de que nació en el MIT ya directamente con el significado actual es falsa, como es falso que fuera el autor de ciencia-ficción Philip K. Dick el primero en crear el término nurd en 1973 por mucho que él afirme lo contrario.

El doctor Seuss no tenía la intención de crear una nueva palabra con un significado específico, pero lo cierto es que por asociación con términos anteriores y la difusión que proporcionó su obra, muy pronto empezó a adoptarse para reflejar nuevos significados derivados.

Está registrado su uso como un término de la jerga estudiantil de la universidad de Dakota del Sur entre los años 1968-1970, escrito como nurd (quizás como eufemismo de turd, “mojón», «zurullo”), para referirse a una persona de hábitos indeseables, una persona sin interés, una persona “defectuosa”. El diario Observer, en su número del 23 de mayo de 1971 recoge Los nerds son personas que viven vidas sin propósito. El Tucson Magazine del 21 de febrero de 1979 habla de nerd art para referirse al graffiti.

Es en 1980 cuando aparece la famosa cita que atribuye a los estudiantes del MIT la creación del significado más conocido de la palabra nerd. En el International Herald Tribune del 21 de julio, se recoge que la palabra nerd (que ya se usaba, recordemos), se escribía gnurd entre los estudiantes del MIT y que con ella se designaba a aquellos que estudiaban porque simplemente les gustaba estudiar.

Cronología de la evolución de la palabra nerd por Jim Burrows. Fuente: http://www.eldacur.com/~brons/NerdCorner/nerd.html
Cronología de la evolución de la palabra nerd por Jim Burrows. Fuente.

Lo cierto es que desde su aparición en los años cincuenta, la palabra nerd ha significado lo que a cada uno que la ha usado le ha dado la gana, ya que no tenía un significado fijo ni formal, ni estándar. Ha significado prácticamente de todo, desde “tonto” a “inútil”, “conservador en la moda”, “loco”, “tío mierda”, “estudiante formalito” e incluso se aplicó a los jefes y managers de algunas compañías como sinónimo de persona que sabría mucho de técnicas formales y tendría un buen curriculum pero estaba alejada de la realidad.

Es a partir de los años setenta, que se produce una cada vez mayor asociación con el significado de persona estudiosa pero inepta socialmente.

Este significado, como hemos podio rastrear, nace entre el alumnado de las instituciones educativas americanas superiores (universidades y escuelas técnicas), pero la palabra se popularizó a través de su uso en la muy popular comedia de situación Happy Days (1974-1984). En la serie, Eugene y Melvin Belvin, dos hermanos mellizos, son los personajes a los que se trata de nerds.

Bueno, pues una vez estudiada la historia y evolución de la palabra, pasemos a estudiar qué significa hoy.

Dilbert (1989) es una popular tira cómica de gran éxito creada por el economista y dibujante Scott Raymond Adams (1957). En ella se relatan las aventuras de Dilbert, un nerd trabajador cualificado experto en ingeniería electrónica que tiene que lidiar continuamente con todos los inconvenientes de trabajar como técnico en una oficina de una gran empresa en nuestra era contemporánea: políticas de oficina, jefes incompetentes, compañeros de trabajo molestos, asuntos absurdos, reuniones y juntas eternas... Adams se basó en sus experiencias con trabajadores técnicos adquiridas mientras trabajó como economista en numerosas entidades financieras. Adams afirma que el personaje de Dilbert está basado en una persona real pero hasta el día de hoy se ha negado a revelar quién es. La tira cómica dio lugar a varios libros, una serie animada y gran cantidad de merchandising. Imagen: Scott Adams, Inc.
Dilbert (1989) es una popular tira cómica de gran éxito creada por el economista y dibujante Scott Raymond Adams (1957). En ella se relatan las aventuras de Dilbert, un nerd trabajador cualificado experto en ingeniería electrónica que tiene que lidiar continuamente con todos los inconvenientes de trabajar como técnico en una oficina de una gran empresa en nuestra era contemporánea: políticas de oficina, jefes incompetentes, compañeros de trabajo molestos, asuntos absurdos, reuniones y juntas eternas… Adams se basó en sus experiencias con trabajadores técnicos adquiridas mientras trabajó como economista en numerosas entidades financieras. Adams afirma que el personaje de Dilbert está basado en una persona real pero hasta el día de hoy se ha negado a revelar quién es. La tira cómica dio lugar a varios libros, una serie animada y gran cantidad de merchandising. Imagen: Scott Adams, Inc.

Según el diccionario Oxford:

nerd
Pronunciation: /nəːd/
(also nurd)
noun
informal
1A foolish or contemptible person who lacks social skills or is boringly studious: I was a serious nerd until I discovered girls and cars
More example sentences Synonyms
1.1 A single-minded expert in a particular technical field: a computer nerd

Según el diccionario Collins:

1. a boring or unpopular person, esp one obsessed with something specified: a computer nerd.
2. a stupid and feeble person
ˈnerdish ˈnurdish adj ˈnerdy ˈnurdy adj

Y según el diccionario Webster:

n. Slang.
1. a dull, ineffectual, or unattractive person.
2. a person dedicated to a nonsocial pursuit: a computer nerd.

Fuente.

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Es decir, la mayoría de diccionarios se centran en dar dos significados principales: “una persona despreciable que adolece de habilidades sociales o que es aburridamente estudioso”; “un experto focalizado en un campo técnico”.

A día de hoy, ese primer significado de persona estudiosa pero inepta socialmente está tan asentado que es el que se considera por defecto, el mayoritario a la hora de utilizar la palabra.

En España se lleva utilizando como sinónimo de friki muy recientemente, desde la popularización de internet a finales del siglo XX y principios del XXI. Lo suele emplear gente que conoce algo del idioma inglés, lo suficiente como para poder leer textos básicos. No es un término que empleen los frikis “viejos” (anteriores a internet), por ejemplo.

Desde la entrada en el siglo XXI la palabra se utiliza tanto en español que incluso se ha castellanizado de manera impropia bajo la forma “nerdo”. Esa forma ni está registrada formalmente ni es correcta, pero la cito porque es innegable que se usa (quizás por asociación fonética con la palabra «lerdo«).

¿Cómo podríamos traducir nerd al español?

En español europeo es ya un clásico el traducirlo como “empollón”, es decir, “una persona estudiosa” con el matiz añadido de que no es una persona muy hábil socialmente (matiz que no contiene necesariamente la definición de empollón). Otros términos más o menos apropiados serian cerebrito, sabelotodo, ratón de biblioteca, “Einstein”, sabihondo, cebollón, pazguato, etc.

En Hispanoamérica sería habitual traducirlo como ñoño, matado, traga(libros)…

La característica principal del término nerd, insisto, es que combina obsesión por el conocimiento (ahora delimitaremos más eso) con ineptitud social. Ésa es la gran diferencia con respecto a otro término con el que se suele confundir: geek. El geek NO tiene asociadas connotaciones de ineptitud social necesariamente, al contrario de lo que piensa mucha gente.

Es algo difícil encuadrar nerd dado que es un término coloquial que evoluciona constantemente pero sí se pueden definir unas cuantas características genéricas más. Esto que viene a continuación no son normas escritas en piedra, son generalidades con multitud de posibles excepciones:

1) El nerd es un enamorado del conocimiento per se. Esto, es, a diferencia de otros términos relacionados con friki que designan una especialización muy concreta con una obsesión, el nerd tiene obsesión por áreas generales de conocimiento, con especial hincapié en áreas teóricas y académicas, no necesariamente prácticas. El nerd es, ante todo y sobre todo, una persona estudiosa, el geek no necesariamente.

2) Estas áreas de interés pueden pertenecer a cualquier área académica, incluidas las Letras, no sólo de la tecnología o ciencias duras, que suele ser el ámbito de referencia del geek. Es decir, un nerd puede ser un gran conocedor de áreas que normalmente no se asocian con el término geek, tales como Geografía, Mitología, Arte, Literatura, Historia, Economía, Sociología, etc. De hecho, una de las mejores formas de distinguir a un nerd de un geek es a través de sus conocimientos de cultura general (más elevada en el caso de un nerd). No sería extraño que, aun siendo cuestiones fuera de su área de conocimiento, un nerd se conozca las capitales de todos los países de Europa o que sepa que los quelonios son un orden de los reptiles. Eso es muchísimo más difícil de encontrar en un geek.

3) El nerd es más ratón de biblioteca, el geek es más talento.

4) El nerd puede y, de hecho, suele ser, un gran conocedor de áreas pertenecientes a la tecnología, pero cuando es conocedor de esas áreas lo es en términos más teóricos y generalistas. Por ejemplo, el nerd que sepa de ordenadores, suele ser experto en software y programación, mientras que el geek lo es en hardware, dispositivos digitales y en aplicaciones. De la misma forma, el nerd que sepa de Matemáticas, es más experto en teoría y modelización, mientras que el geek es más experto en matemáticas aplicadas, como la Estadística.

5) El nerd suele saber más de todo en general, pero en su área específica, el geek tiene más conocimiento aún que el nerd.

6) El estereotipo de nerd hace más referencia a su aspecto descuidado y/o la ausencia de coolness en su aspecto. El nerd no suele ser alguien estrambótico ni extravagante en su apariencia en su vida diaria (durante las ferias medievales o el rol en vivo, es otra cosa), antes al contrario, peca de aburrido y conservador en moda y vestimenta.

7) Relacionado con esto último, el nerd tiende a preocuparse muy poco por la estética de sus aplicaciones tecnológicas o conocimientos, es más «dejado». Es el geek el que introduce los conceptos de marketing en el mundo de la informática y la electrónica y el que se preocupa de darle un aire más perceptiblemente estético a todo aquello que se dedica.

8) Dentro de las temáticas frikis, se suele uno encontrar con que nerds y geeks no comparten necesariamente las mismas aficiones. Es de notar que una de las grandes diferencias suelen ser los wargames, juegos de mesa y juegos de rol: un nerd las practica más, el geek tiende a no hacerlo tanto. El nerd no suele hacer deporte, el geek lo contrario. El nerd suele ser más experto en literatura fantástica, el geek tiende más al mundo audiovisual, lo que incluye muy especialmente la música y el mundo de los groupies o seguidores de bandas y grupos musicales.

Un vídeo humorístico que refleja muy bien las diferencias entre geeks y nerds: Epic Rap Battle: Nerd vs Geek.

En el mundo del arte y la cultura audiovisual contemporánea, el nerd (como el dork y el dweeb pero no necesariamente el geek) tiene un estereotipo bastante prefijado, que no tiene por qué darse en la realidad ni mucho menos (especialmente en la actualidad), pero lo cierto es que está tan asentado en el cine, la televisión y los dibujos animados, que no se puede obviar el reflejarlo.

El nerd aparece muy frecuentemente descrito como una persona con una inteligencia mayor que la media, a la que acompaña una omnipresente dificultad para relacionarse socialmente, ya sea por timidez o por desconocimiento ya que como se centra tanto en el estudio (o su área de interés) no tiene tiempo ni práctica. Todo ello le convierte en un marginado social, y de manera prácticamente constante objeto de burla o desdén y bullying. Su perfil es más o menos el del típico joven estudioso, tímido, solitario, inteligente, que utiliza un lenguaje muy técnico o demasiado maduro para su edad y que se esfuerza mucho en sacar buenas calificaciones. Una nota muy importante: en EE.UU. es más fácil encontrar a alguien que se autocalifique como geek que como nerd. Nerd es un término menos «deseado» por el público, tiene menos prestigio asociado que geek. Un estudio realizado por infographicality mostró que el 87% de los entrevistados escogió geek sobre nerd. La asociación entre el término nerd y la insociabilidad actúan mucho como lastre todavía hoy a la hora de ser utilizado. El nerd es un estado más radical y más denostado que el de geek, hasta el punto en que muy pocas personas famosas (de primera fila) se asocian con él.

El personaje Steve Urkel interpretado por Jaleel White de la comedia situacional Family Matters (Cosas de casa,1989-1997) es uno de los típicos ejemplos de nerd en el mundo audiovisual. En principio el papel del personaje iba a consistir en una sola aparición aislada en el capítulo 12, pero la actuación de White tuvo tanto éxito ya entre el público del estudio que los realizadores le dieron la oportunidad de incorporarse al casting permanente de la serie. Muy pronto se volvió el favorito de la audiencia y se convirtió en el personaje icónico de la serie gracias a las estrambóricas ocurrencias del personaje, que mezclaban una elevada inteligencia y conocimiento tecnológico con una gran torpeza y absoluta falta de comprensión de las normas y comportamientos sociales más elementales... que solían acabar en desastres de grandes proporciones. El personaje de Steve Urkel constituyó un hito en la televisión porque fue una de las primeras veces si no la primera en que apareció una persona de color con el estereotipo de nerd. Hasta entonces, ese estereotipo cultural estaba reservado a blancos, judíos y asiáticos. Foto: imagen promocional de la cadena estadounidense ABC.
El personaje Steve Urkel interpretado por Jaleel White de la comedia situacional Family Matters (Cosas de casa, 1989-1997) es uno de los típicos ejemplos de nerd en el mundo audiovisual. En principio el papel del personaje iba a consistir en una sola aparición aislada en el capítulo 12 pero la actuación de White tuvo tanto éxito ya entre el público del estudio que los realizadores le dieron la oportunidad de incorporarse al casting permanente de la serie. Muy pronto se volvió el favorito de la audiencia y se convirtió en el personaje icónico de la serie gracias a las estrambóricas ocurrencias del personaje, que mezclaban una elevada inteligencia y conocimiento tecnológico con una gran torpeza y absoluta falta de comprensión de las normas y comportamientos sociales más elementales… que solían acabar en desastres de grandes proporciones. El personaje de Steve Urkel constituyó un hito en la televisión porque fue una de las primeras veces si no la primera en que apareció una persona de color con el estereotipo de nerd. Hasta entonces, ese estereotipo cultural estaba reservado a blancos, judíos y asiáticos. Foto: imagen promocional de la cadena estadounidense ABC.

El estereotipo cultural llega hasta el punto de fijar el aspecto físico. Se suele dibujar al nerd con gafas de gruesa montura negra, y que usa por haber quedado corto de vista de tanto leer. El nerd suele ser físicamente muy débil, muy torpe y aborrece el deporte y los grandes esfuerzos físicos. Las más de las veces también es poco atractivo físicamente. También cumple una característica que recogen multitud de diccionarios: suelen tener un gusto pésimo al vestir, más concretamente, visten como personas muy mayores, totalmente fuera de moda (se suele decir que al nerd lo viste su madre).

Nótese que el nerd aparece en el mundo audiovisual de manera inmensamente mayoritaria como varón. Las apariciones de mujeres nerds (nerd girls) en el cine han sido tradicionalmente muy escasas (y muy mal retratadas como mujeres muy descuidadas en lo físico, a las que hay que “devolver a la femineidad”). Incluso se solía decir como chiste dentro de la comunidad de los que se describen a sí mismos como nerds que “no existían”. El debate de por qué eso es así ha llegado incluso hasta nuestros días, porque aunque ya no sea una norma tan general como antaño, el estereotipo de nerd sigue siendo mayoritariamente perteneciente al mundo del hombre. Se han postulado multitud de teorías al respecto: que si las mujeres tienden menos a las áreas tecnológicas y más a las sociales, que si las mujeres tienen más oportunidad de socializar (porque se va a buscarlas por parte de los hombres que no son necesariamente otros nerds), etc. Es tema para otro día y para otro artículo.

Otra cuestión interesante del estereotipo es que estuvo, durante mucho tiempo, racialmente definido. Los nerds eran mayoritariamente blancos (principalmente judíos) o asiáticos (orientales), aunque recientemente se han unido al estereotipo los indios. Era francamente difícil encontrarse en el cine y la televisión anglosajonas a un nerd negro, latino o musulmán hasta finales de los ochenta y principios de los noventa. Uno de los motivos de la aparición del personaje Steve Urkel (un nerd negro) en la serie Family Matters (Cosas de Casa) fue el de romper este estereotipo racial (y el de muchos otros aplicados a la gente de color: el padre de familia era policía, la madre trabajaba, etc.). Es decir, el estereotipo de nerd estaba (y de manera racista o xenófoba, todo hay que decirlo) unido a aquellas etnias o culturas supuestamente con mayor abundancia de miembros pertenecientes a la clase alta, de recursos económicos y/o que predican el esfuerzo académico y las buenas notas, y ensalzan al “niño prodigio”. Hoy día, lo políticamente correcto se ha acabado imponiendo y eso ya no suele ser la norma. O no tanto (como puede verse todavía en la serie The Big Bang Theory). Nota: los personajes de esta última serie amalgaman adrede, con propósitos dramáticos, las características de nerds y geeks, pero si pudiéramos establecer alguna clara distinción, el personaje de Howard Wolowitz (el ingeniero) tira más a geek mientras que Sheldon Cooper (físico teórico) entraría más en el concepto de nerd porque su área de conocimiento es más teórica, es el más inepto socialmente y el que más cultura general tiene de entre todos los protagonistas.

Como ya comentamos anteriormente, suele confundirse a todo tipo de friki con un afectado por el síndrome de Asperger, dado que comparten rasgos: obsesión por temas específicos e inhabilidad social. Pero si hay un tipo de friki al que se asocie especialmente con este síndrome, ése es el nerd. El concepto de geek, recordemos, no implica ineptitud social. Ambos términos, geek y nerd sí han estado relacionados conjuntamente en ocasiones con trastornos obsesivo-compulsivos de la personalidad (TPOC o TOC, más conocido por sus siglas en inglés, OCD).

La influencia del término nerd en el mundo de la cultura ha sido bastante considerable.

Vamos a citar sólo unos pocos ejemplos de entre los muchos que podríamos.

Aparte de los ejemplos ya tratados a lo largo del apartado (Steve Urkel, algunos de los chicos de The Big Bang Theory), dentro de la serie Saved by the Bell (Salvados por la campana) se encuentra el personaje de Samuel Screech Powers (Dustin Diamonds) y en la serie Parker Lewis can’t lose (Parker Lewis nunca pierde) tenemos al personaje Jerry Steiner (interpretado por Troy Slaten).

Ross Geller (interpretado por David Schwimmer, de la serie Friends, es un paleontólogo (judío) que tiene tres divorcios en su currículo, es un apasionado de los dinosaurios, y tiene una especie de fetiche por la Princesa Leia (de Star Wars). Este es uno de los primeros casos del mundo del arte audiovisual en el que un nerd no está tan estereotipado. Por ejemplo, si bien el personaje de Geller es un fracaso continuo en cuestiones de relaciones sociales, no es un absoluto desastre, no ceja en ellas y no tiene una estética claramente nerd. También hay que reseñar que la serie Friends se caracteriza por tratar de alcanzar públicos muy amplios, es una serie muy mainstream.

La serie británica The IT Crowd (Los Informáticos) es un buen ejemplo de los choques que suelen producirse entre nerds y “personas normales”. Moss y Roy, los dos técnicos informáticos de la empresa ficticia Industrias Reynholm, tienen que enfrentarse a menudo a problemas generados por los demás trabajadores que son tan ineptos en el mundo de los ordenadores como ellos en el de las relaciones sociales. Pueden parecer geeks, pero en la serie son tildados (acertadamente) de nerds.

El Dr. Spencer Reid, de la serie Criminal Minds (Mentes Criminales), se considera a sí mismo un nerd. De hecho, en la serie lo presentan como un auténtico prodigio: tiene un CI de 187, puede leer 20000 palabras por minuto, es experto en estadísticas, es adicto a la lectura y posee memoria fotográfica que pone a buen uso en esta serie policíaca.

Pero si ha habido algo en el cine que ha llevado al máximo el estereotipo del nerd al imaginario colectivo fue la película de 1984 Revenge of the Nerds (La revancha de los novatos, en España). Fijaos que la palabra nerd era tan desconocida en España que los traductores no supieron traducirla e intentaron aproximarla en la medida de su comprensión. La película no es precisamente un hito en la historia del cine, pero esta comedia juvenil se ganó un lugar en todos los corazones de los nerds porque por primera vez pudieron sentirse muy identificados con unos personajes que se parecían mucho a ellos. En la película, unos nerds recién llegados a la universidad para estudiar Informática deciden crear su propia fraternidad (la hoy mítica Lamda Lambda Lambda) y enfrentarse a los deportistas (jocks, deportistas o “musculitos”, la habitual némesis de los nerds en el cine y la televisión) que se meten con ellos constantemente. Posteriormente a esta película, surgieron varias más que contribuyeron significativamente a asentar el estereotipo del nerd y/o a popularizar la palabra, como Weird Science (traducida en España como La Mujer Explosiva), de 1985.

La canción y vídeo musical White & Nerdy del humorista especialista en parodias Weird Al Yankovic es, probablemente, uno de los mejores ejemplos para poder reflejar todo lo expuesto hasta ahora de manera resumida.

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8. Un resumen general.

Obviamente, me dejo en el tintero muchos y muy apasionantes temas sobre el mundo del frikismo, como el papel de la mujer en éste y los frikis como tribu urbana.

Pero eso son temas mucho más específicos que requerirían su propio ensayo, cosa que dejamos para otro día.

Observad que tan sólo dedicándome al análisis de los términos en sí y su evolución etimológica, he tenido que dedicarle un ensayo bien largo y denso. Añadir más información no haría sino marear al lector.

Y precisamente con el fin de no marear más al lector paso a hacer una recapitulación de todo lo tratado a la vez que añado algunas consideraciones genéricas que, a mi juicio, se deben tener siempre presentes cuando se hable de frikis.

Lo cierto es que todos estos términos de los que hemos hablado a lo largo del ensayo son muy plásticos, han evolucionado mucho y continúan haciéndolo. Tengamos en cuenta que todos estos términos proceden principalmente de la lengua inglesa, donde ya de por sí esos términos no están prefijados ni muchísimo menos, ya que suelen provenir del lenguaje coloquial o de jergas y argots de ámbitos muy concretos.

Estos anglicismos y préstamos tomados directamente del inglés han venido a llenar un hueco en nuestra lengua. Un hueco causado por la aparición de nuevas formas culturales y sociales, muy influenciadas por la cultura anglosajona y los medios de comunicación de masas, especialmente internet.

Friki, en castellano europeo, procedente del inglés freaky, designa en nuestro idioma a alguien obsesionado con una afición, sea ésta la que sea. Se le suele añadir un matiz de obsesión a unos niveles que le pueden hacer ser calificado de «raro» o «excéntrico». Ese significado está ya fijado y ha entrado muy recientemente a formar parte del español estandarizado. En otras regiones hispanohablantes se utilizan, además, otros términos similares, como ñoño. Pero éstos no están estandarizados. Otros sinónimos de friki en castellano son: fan, fanático, aficionado, forofo, entusiasta, incondicional, hincha…

Un friki debe mostrar pasión por su afición de manera perceptible (conducta o apariencia) y ser un gran conocedor de ella hasta un nivel de detalle y unos extremos poco usuales.

En el lenguaje coloquial, las aficiones propias de frikis están muy restringidas, no vale cualquier afición. Las principales son: los ordenadores, la informática, la programación, videojuegos, cómics, dibujos animados, la literatura, cine y series de televisión de fantasía, terror o ciencia-ficción, juegos de rol, de mesa, wargames, etc. Cada afición tiene o puede tener un término específico para designar a su tipo concreto de friki. Los frikis del rol se suelen denominar “roleros”, los frikis de la obra literaria de Terry Pratchett (novelas del Mundodisco) suelen denominarse “Kevins”, los fanáticos del sistema operativo Linux, “linuxeros”, los aficionados a los videojuegos, gamers, etc.

Existen multitud de otros préstamos tomados directamente del inglés (y el japonés), mucho más especializados para designar a lo que nosotros llamamos friki, que se utilizan porque muchos hablantes los consideran más apropiados o más específicos, ya que el término freaky o freak en inglés que dio lugar a nuestro friki en castellano no designa normalmente a un obseso con una afición (su significado más común en inglés es el de “fenómeno, capricho o monstruo de la naturaleza”). También se usan porque hay quien desconoce que el término friki está ya estandarizado en el lenguaje castellano o porque cree que se abusa demasiado de él, designando cosas que no son de su agrado (por ejemplo, famosos televisivos que se comportan de manera esperpéntica).

Otaku, término japonés, designa en nuestro idioma a un friki del manga, anime y todo elemento de la cultura pop japonesa (idols, teleseries de samuráis, etc.).

Los términos más conocidos en inglés (existen decenas) que pueden ser sinónimos de nuestro friki son: fan, buff, dork, dweeb, nerd y geek, especialmente los dos últimos. El término más parecido a nuestro friki es geek, cuya traducción directa es ni más ni menos que friki (un obsesionado con una afición o tema específico).

Aunque tenga más similitud con el término geek, la palabra castellanizada friki engloba a TODOS estos términos (otaku, dork, dweeb, nerd, etc.).

Las similitudes entre todos esos términos:

-Todo comenzaron teniendo un sentido peyorativo y coloquial y sufrieron un proceso paulatino de apropiación por parte de aquellos que así eran designados.

Denotan a una persona obsesionada o muy apasionada con temas más o menos concretos, la mayoría de ellos relacionados con áreas de índole intelectual y/o aficiones que fueron minoritarias al menos hasta la aparición de internet.

La gran diferencia es qué grado de ineptitud social tiene asociado cada uno.

Nuestra palabra friki NO tiene necesariamente connotaciones de incapacidad social, al menos en el lenguaje formal. Como mucho, de rareza en la conducta.

Procedo a dejaros con varios diagramas de Venn que muestran las diferencias entre unos y otros, sin perder de vista que todos se engloban bajo nuestro término friki.

Esquema 3
Diagrama Gallardo de la terminología friki.
Esquema español
Diferencias entre los diferentes términos en inglés que puede designar el término «friki» en español.

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Sin más, me despido de los lectores con la esperanza de que con este ensayo de matiz académico, haya podido por fin aclarar qué significa friki de cara al gran público y, especialmente, a un público que busca seriedad en sus fuentes de información, no importa el tema del que se trate. Y si además han disfrutado leyendo, pues miel sobre hojuelas.

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Una última nota de advertencia: los textos de este blog que estáis leyendo, a diferencia de mi otra bitácora, NO TIENEN PERMISO DE REPRODUCCIÓN ni, por supuesto, se pueden mencionar o enlazar sin citar al autor. Por favor, entended que después del trabajo que me he pegado, es lo menos que puedo pedir. Gracias por vuestra comprensión. Todos los derechos reservados (sobre el texto y los diagramas) en Safecreative.

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